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Contrario a la lógica del mercado los modelos más viejos de dispositivos tecnológicos son los que más han aumentado de precio porcentualmente en los últimos años. La mayoría de los aparatos que han tenido esta revalorización fueron los pioneros de los sistemas que hoy en día se usan, entre ellos se encuentran celulares como el Nokia 3210, el primer Gameboy o el Playstation1.
En sitios especializados en compras por internet como Ebay o Amazon es posible encontrar un Walkman, el primer reproductor de música personal, a un costo de 770 dólares. Este sistema, creado por la empresa japonesa Sony, quedó relegado a finales de la década del noventa por dispositivos como el discman, posteriormente el mp3 y luego por el Ipod.
Precisamente el reproductor de música diseñado por Apple es uno de los más buscados por los usuarios. En la época de su lanzamiento un Ipod costaba 380 dólares aproximadamente. Hoy, uno de estos dispositivos de la primera generación, en buen estado o sin usar, puede llegar a los 90 mil dólares según el análisis Terapeak, una empresa que rastrea las principales tendencias de compra en Ebay.
La durabilidad, estabilidad y confianza que estos aparatos ofrecen son algunos de los motivos para que los usuarios, en vez de desear las últimas novedades de la tecnología de punta, prefieran inclinarse por un sistema antiguo. Otro factor que alteró el precio de elementos que ya se creía, iban a ser descartados, es el coleccionismo. Con el paso del tiempo, modelos como el primer Gameboy fueron destruidos o despreciados por sus antiguos dueños. Esto hizo que los elementos escasearan y que incrementaran el valor. Se convirtieron en una especia de reliquia para los coleccionistas.
El primer modelo de Play Station fue la consola con la que muchos de los jóvenes entre los 35 y 25 años entraron de lleno al mundo de los videojuegos. En un comienzo la unidad, que era fabricada por Sony, costó 300 dólares aproximadamente. Hoy, un Play Station uno, triplica ese valor en la red.
Otros elementos, incluso más antiguos, también se unen a esta tendencia de elementos tecnológicos retro que suben de precio. Cámaras instantáneas o máquinas de escribir han llegado a sumas que, cuando se dejaron de usar, eran impensables.