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Mientras que en el mundo se conmemora el Día de las Personas con Discapacidad, un informe de la Fundación Saldarriaga Concha revela que en el país, cuando se tiene alguna discapacidad, conseguir un empleo puede ser una tarea imposible. Según el informe, son pocos los avances en la inclusión laboral de las personas en esta condición.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay más de mil millones de personas con algún tipo de discapacidad. Su situación hace que tengan más probabilidades de estar desempleadas y que generalmente ganen menos cuando trabajan. Colombia no es la excepción: pese a que en los últimos años el país ha impulsado políticas públicas para favorecer a esta población, y a que existen beneficios tributarios para las empresas que contraten a discapacitados, son pocos los que obtienen un empleo. De acuerdo con cifras del DANE, en el país viven alrededor de 3 millones de personas en situación de discapacidad, y aunque más de la mitad está en edad productiva apenas el 15,5% tiene algún tipo de trabajo. Sumado a esto, sólo el 2,5% de esta población tiene una remuneración de un salario mínimo.
Otros datos que demuestran la situación son los del Registro para la Localización y Caracterización de Personas con Discapacidad (RLCPD), del Ministerio de Salud y Protección Social. Hasta hace un mes, 882.232 personas con alguna discapacidad se habían registrado en este sistema, el 81% de las cuales aseguró que su condición ha sido el motivo para no ser aceptado en ningún empleo.
Además, el 61% insiste en que no recibe ningún ingreso económico para su subsistencia. Una situación que, según la fundación Saldarriaga Concha, deja en evidencia que el Estado, los empresarios y la sociedad en general siguen desconociendo “las múltiples capacidades que les permiten desempeñarse en diversos roles con calidad y compromiso”, además de sus derechos.
En palabras de Soraya Montoya, directora ejecutiva de la Fundación, “Colombia está perdiendo importantes oportunidades de desarrollo social y económico al desconocer el potencial productivo de las personas con discapacidad”. En este sentido, es clave que instituciones como el Sena, por ejemplo, que forman para el trabajo, ofrezcan más programas para personas con discapacidad, señala Alejandra León, directora del programa Pacto de Productividad.
Para la Fundación Saldarriaga Concha, que lleva más de 30 años trabajando con personas discapacitadas, este panorama plantea grandes retos para el objetivo de que el trabajador no sea medido por su condición sino por su capacidad. Al respecto, Julio César Martínez, abogado laboralista, señala que “un país como Colombia no puede permitirse excluir a los discapacitados del mundo laboral, porque estaría contribuyendo a encerrarlos en un círculo de pobreza que incrementaría su vulnerabilidad”, además insiste en que brindarles oportunidades laborales no es un favor sino un deber social “que debe ser entendido como una oportunidad para crear ambientes laborales para todos”.
El balance de la situación laboral, según el informe, indica que falta mucho camino por recorrer y que hacen falta más divulgación y demostración de los resultados positivos que dejan en las empresas el compartir espacios laborales con personas con algún tipo de discapacidad.
Así resume el balance el abogado Martínez: “La condición de discapacidad de estas personas no es lo que les hace la vida imposible, sino los pensamientos de los demás”. Su idea la comparten los miles de discapacitados que salen de las entrevistas laborales con un no como respuesta.