Barrio Buenavista, de Bogotá: una transformación social con color

Alcaldía Mayor de Bogotá

El barrio Buenavista, de la localidad de Usaquén, en el norte de Bogotá, pasó de ser un barrio ilegal, con problemas en servicios públicos, a uno lleno de color, cultura y unidades productivas. Ahora se presenta ante la ciudad como un nuevo corredor turístico comunitario.

Este proceso de resiliencia comenzó el año pasado, con el proyecto ‘Habitarte’ en el que el Distrito junto con la Fundación Orbis-Pintuco, comenzaron un proceso de cohesión comunitaria con el fin de unir a la comunidad, no solo para realizar un macromural sino también para bríndales espacios de formación y visibilización.

Foto: Mauricio Alvarado- El Espectador

“Yo me involucré desde la convocatoria. Estuve en todo el proceso y en los talleres porque aparte de la pintura también nos enseñaron manualidades, hubo un curso de pintura y otros de alturas, todo el tiempo estuve apoyando la transformación de mi barrio, que pasó de ser solo gris y ladrillo a un lugar lleno de color”, señaló Temilde Chocontá, líder comunitaria que vive hace 36 años en el sector.

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A pesar de que esta mujer señala que en la zona se vive aún problemáticas como microtráfico de estupefacientes y consumo en lugares públicos, rescata que con este proyecto se han podido recuperar diversos lugares que antes eran focos de peligro como la casa cultural, desde la cual hoy diferentes familias ofrecen productos elaborados por ellos mismos.

En esta zona de Bogotá, se hizo una intervención de 74.000 m2, en 5 mil fachadas con el que se buscó beneficiar a 3.500 personas. La comunidad participó en un proceso de cinco etapas: divulgación del proyecto; reivindicación de los valores comunitarios; creación del macromural; compromisos comunitarios y la creación de comités de cuidado.

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El macromural llamado ‘Sol Lunar’ fue una construcción comunitaria junto a cuatro artistas tanto  locales como extranjeros, de México Y Ecuador. Tras unos diálogos con la comunidad sobre la historia, tradiciones comunitarias, se decidió hacer un homenaje a la buena vista que se ve desde el barrio tanto hacia abajo como hacia el cielo, tanto sus atardeceres como sus noches.

“Desde abajo el macromural pude ‘leerse’ de izquierda a derecha, donde encuentras los rayos del sol y de derecha a izquierda la luna. Estos se entienden por los colores, en el lado del sol están todos los tonos cálidos, amarillos, naranjas y rojos; y en la luna está toda la paleta de colores fría. Luego cuando te sumerges en el barrio vas a encontrar 26 murales hechos por artistas locales e internacionales invitados para enriquecer esta megaobra”, indicó el artista urbano Franco de Colombia, quien dirigió todo el proceso.

Ahora la comunidad, después de un trabajo de más de un año comenzará sola un proceso en el cual buscarán mantener todo lo aprendido. Por ello, se presentan como un nuevo corredor turístico con la realización de siete recorridos guiados por el barrio, desde los que buscan contarle a los asistentes la historia del nombre, cómo eran las dinámicas sociales cuando había problemas de servicios públicos así como dar a conocer los personajes representativos de la zona, entre otros.

“Toca seguir haciendo mucho tejido social, en todo lado hay consumo de droga. Pero con este proyecto muchos jóvenes se han unidos, y sentimos que este es un grano de arena que estamos aportando y que le queremos mostrar a los vecinos, quienes ahora salen a barrera las aceras por los visitantes que ven, además con las unidades productivas se está generando empleo. Ojalá a futuro se involucre toda la comunidad”, agregó por último Chocontá.

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