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Un poema no trae arroz, da sueños

El vietnamita Nguyen Quang Thieu, invitado al festival, asegura que en su país reyes y revolucionarios cantaron versos.

Angélica Gallón Salazar
09 de julio de 2009 - 10:55 p. m.

El poema que trajo para leer a Medellín, Movimiento en blanco y negro, habla de sus sueños sobre una vida sin desangramientos y desesperanzas, porque para el poeta vietnamita Nguyen Quang Thieu, uno de los más reconocidos de su país, la poesía ha tenido esa potencia, la de sanar las heridas del alma.

Esa convicción la tuvo desde niño, cuando no importaba el dolor de la persecuciones y el olor de las explosiones en plena  guerra con los  Estados Unidos, siempre que escribía un poema podía hablar con su difunto abuelo, sentir el olor de su pipa y tener calma. Sus palabras y versos evidencian que la revolución y la política se hacen en Vietnam con poesía.

¿Cree que la literatura y la poesía de su país ha sido influenciada por los años de guerra?

Profundamente, por más de un siglo los vietnamitas tuvieron que lidiar con dos guerras para lograr su libertad (una con Francia que fue su colonizador durante el siglo XIX, y luego una con Estados Unidos que empezó en 1958). Durante las guerras, todos los poetas y escritores escribieron sobre las luchas de su pueblo y los mejores trabajos de la literatura nacional fueron esos que se escribieron acerca de la guerra. En 1975, cuando el conflicto terminó, los poetas continuaron escribiendo acerca del sufrimiento y las muertes.

No pocas madres vietnamitas  tuvieron que perder todos sus hijos en la lucha. Cientos de miles de mujeres fueron viudas. Cientos de miles niños fueron infectados con químicos tóxicos. Mucha gente aún vive con bombas, pistolas y muertes en sus sueños.

Los vietnamitas aún tienen que responder muchas preguntas que dejó la guerra. Y la poesía no podría estar fuera de ese sufrimiento y de esas preguntas.

¿Puede la poesía remediar lo que la guerra le ha hecho a un país?

Seguro, porque las grandes heridas de la guerra son las heridas que quedan en el alma de la gente. Y la poesía es la única medicina para tratar las penas del alma. La prueba es que los vietnamitas pudieron vivir con hambre por miles de años, pero no pudieron vivir con hambre de espíritu ni siquiera un día. En la guerra había un dicho que profesaba: “Las canciones ahogan las explosiones de las bombas”.

Durante las guerras, muchos poetas así, como los escritores, fueron al frente como soldados, no a matar al enemigo sino a escribir sobre la lucha por la libertad y a leerles a los soldados. La poesía les da creencia en el mañana. Si los vietnamitas no tuvieran esa creencia, no hubieran podido ir a través de los miedos y la sangre por cientos de años.

¿Escribe poemas con una intención política?

No pocos poetas vietnamitas han dicho que ellos escribieron poemas, trabajando sólo para el arte, no para la política. Pero yo creo que la más alta política es la política para el pueblo, y la poesía debe ser escrita para el pueblo. Sin embargo, el tiempo en el que el poeta está escribiendo sus letras es siempre el tiempo en el que él está viviendo con su tristeza, su felicidad, sus sufrimientos y sus sueños privados.

¿Siente que hay una gran ignorancia de la realidad de su país?

Después de la guerra los americanos empezaron a investigar a Vietnam, y se dieron cuenta de que era un país y una cultura, no una guerra. Muchos americanos decían que si ellos hubieran entendido la cultura vietnamita antes de llegar con sus armas, no hubieran venido. Así que ellos intentaron todo lo que estuvo a su alcance para normalizar la relación entre los dos países. Después de la guerra, los convoyes de paz americanos llegaron a Vietnam y luego los convoyes de paz vietnamitas fueron a Estados Unidos no con políticos, sino llenos de poetas y escritores; estos convoyes jugaron un papel muy importante en lavar los odios entre las dos naciones.

¿Por qué los poetas, muchos de los cuales viven en las grandes ciudades, escriben sobre todo poesía sobre el campo?

Antes de 1945, el 95% de la población vietnamita era campesina. Y ahora es cerca del 75%. La mayoría de los poetas nacieron y fueron criados en el campo. Las más maravillosas memorias de los poetas vietnamitas, así como las más lamentables vienen de sus villas. El factor más importante que compone la cultura vietnamita es la tradición campesina. Nosotros nos dimos cuenta profundamente de que si perdíamos nuestras villas, eso significaba que perdíamos nuestra cultura.

Es por eso que millones de vietnamitas están viviendo en las ciudades enormes, pero conservan sus atuendos tradicionales y mantienen relaciones muy estrechas con sus villas, en donde están las casas de su niñez, de sus padres, sus parientes y sus ancestros.

Los escritores han sido respetadas figuras en Vietnam, y muchos de sus héroes nacionales escribieron poesía. ¿Podría describir cuál es el rol de un poeta en su país?

En el pasado, todos los reyes vietnamitas escribían poesía, luego casi todos los revolucionarios, inclusive los líderes comunistas escribieron versos. De alguna forma el lenguaje vietnamita es muy cercano a la música, así que todo el mundo puede escribir poesía; yo creo que cada vietnamita ha escrito al menos un poema en su vida, así que los revolucionarios usaron la poesía como la mejor forma para difundir sus pensamientos a la gente. Mi pueblo, Chau, es bien conocido en Vietnam, es llamado el pueblo de la poesía porque la mayoría de campesinos que habitan ahí escriben versos. A lo largo de toda mi aldea se puede encontrar en las paredes dichos populares como: “La poesía puede no traer arroz a la gente trabajadora, pero al menos trae sueños”.

Nguyen Quang Thieu, el poeta vietnamita

Nguyen Quang Thieu nació en 1957. Se convirtió en prolífico poeta, cuentista, novelista, ensayista y traductor. Hizo sus estudios superiores en la Universidad de Hanoi, y publicó el primero de sus ocho libros de poesía en 1990. Estudió español e inglés en Cuba. Trabajó como editor de poesía del semanario de artes y literatura de la Asociación de Escritores de Vietnam y actualmente labora en un periódico electrónico. También es pintor y en 2005 hizo su primera exposición.

Ha escrito tres novelas, cuatro libros de cuentos y otros tantos de historias para niños, dos obras de teatro, diez guiones de cine y numerosos ensayos y artículos. Por su libro de poesía El insomnio del fuego recibió en 1993 el premio de la Asociación de Escritores de Vietnam, el más importante del país. La traducción al inglés —en la cual colaboró— de su libro Las mujeres llevan agua del río recibió el premio de la Asociación de Traductores Literarios de los Estados Unidos.

Por Angélica Gallón Salazar

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