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Entre el concreto y la memoria

Felipe Arturo y Leyla Cárdenas fueron la cuota colombiana de Art Basel de Miami.

Diego Alarcón Rozo / Miami
10 de diciembre de 2012 - 03:09 p. m.
Felipe Arturo y su obra “Primero estaba el mar”.
Felipe Arturo y su obra “Primero estaba el mar”.
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Todo partía de la oración original: “Primero estaba el mar”, pero luego -como el oleaje del mar- las palabras comienzaban a mutar: “Primero el mar estaba”, “El mar estaba primero”, “El mar primero estaba” y así la historia se va renovando. Felipe Arturo se inspiró en la novela de Tomás González, cuyo título fue la frase inicial de su exposición en al Art Basel de Miami. ¿Por qué? porque le encanta “esa versión setentera de La Vorágine, una pareja que se cansa del mundo civilizado para buscar una playa, una playa que después se convierte en una tumba”.

Felipe Arturo no está cansado del mundo civilizado pero lo analiza y entonces concluye que el concreto es su característica principal. Donde hay concreto ha habido civilización y donde ha habido civilización algo ha tenido que sacrificarse, el medio ambiente, las costumbres, la memoria : “en la novela de Tomás González la pareja que escapa se convierte en una especie de factor colonizador. Una búsqueda por un mundo nuevo, pero con toda la civilización a cuestas, algo de lo que no se pueden desprender”. Por eso Arturo construyó un mar de concreto de tonelada y media, donde cada ola representa un fragmento de la oración “Primero estaba el mar” y luego en las ocho filas bloques de que conforman esta obra, elabora todas las mezclas. Es su manera de representar el mundo del concreto unido al mundo natural, un mar duro como el cemento.

Él es uno de los dos artistas colombianos que llevó sus propuestas a esta feria, una de las más importantes del mundo y que este año cumplió con su onceaba edición. Felipe Arturo explicó su obra a los visitantes del Centro de Convenciones de Miami, en el área de Proyectos Individuales, en el puesto de la galería La Central. Les habló de Tomás González y les enseñó las demás piezas: un poema hecho con letras de cemento que dice “Ten letters” (diez letras), otro de letras más pequeñas que dice “Concrete” (concreto) y tres frases hechas de polvo de cemento y arena: “The river follows gravity/ colonization follows the river/ colonization follows gravity” (El río sigue a la gravedad/ la colonización sigue al río/ la colonización sigue a la gravedad”.

En esta oportunidad, el Art Basel de Miami contó con 1.385 galerías de todo el mundo. De la cuenta formó parte también la galería Casas Riegner, en un espacio muy cercano a donde Felipe Arturo expuso su trabajo. Allí se encuentraba la obra de Leyla Cárdenas, un gran marco de 12 centímetros de profundidad que separa las capas de una típica casa bogotana del periodo republicano (1824 – 1930). Se llamó ‘Excision’ (escisión) y lució como si una guillotina gigante hubiera atravesado un hogar cortando todo a su paso. Una rebanada de historia que comienza a ser desglosada capa a capa por Cárdenas, desde la fachada hacia adentro, separando el adobe de los papeles de colgadura, también separados entre sí, del espacio entre los muebles también republicanos, del yeso de las cenefas. Todo en 12 centímetros de ancho, la medida estándar de los listones del suelo de la época, una fracción de realidad. (Ver imágenes de las obras).

Cárdenas confesó que esta obra estuvo “llena de contingencias”, que fue un trabajo arqueológico para desentrañar la “acumulación de información que está escondida entre las paredes”. Ella lo describe como un “corte quirúrgico” para ver la separación de las capas, “un acto de resistencia contra el olvido”. Quizá la contingencia más grande estuvo cuando alguien le dijo hace tiempo que iban a demoler una casa republicana en el centro de Bogotá, cerca del Palacio Echeverri. ¿Qué si le interesaba?, por supuesto. Comenzó entonces a hacer la separación de las capas y a restaurar los papeles de colgadura ya cubiertos por otros y por pintura. Es su manera de materializar el tiempo, de viajar a la esencia de la identidad de Bogotá.

El Güiro

Hace once años, Miami es sede de la versión americana del Art Basel, una feria de arte contemporáneo fundada en 1970, en Basilea (Suiza). En esta edición, que fue inaugurada el pasado 6 de diciembre y terminó el domingo pasado con la participación de dos galerías colombianas: La Central y Casas Riegner. Una de las grandes atracciones de la feria fue el ‘Güiro’, una estructura de madera realizada por el colectivo cubano Los Carpinteros, en colaboración con el buró de arte de vodka Absolut, siguiendo la tradicional relación que la marca ha mantenido con los artistas desde que en los años 80 Andy Wharhol diseñó una de sus botellas. El ‘Güiro’ se inspiró en la forma del instrumento musical caribeño que lleva el mismo nombre y sobre una de las playas de South Beach era bar que mezclaba arte en su exterior con cocteles en el interior. Dagoberto Rodríguez, uno de Los Carpinteros, aseguró que la idea es que “una persona desde el centro, por dentro, tenga control sobre todo lo que pasa alrededor de la superficie”.  

Por Diego Alarcón Rozo / Miami

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