Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Ahora no sólo se podrán leer los libros de Gabriel García Márquez, también podrán ser escuchados: Penguin Random House Grupo Editorial amplía su catálogo de audiolibros y pondrá al alcance del público tres títulos del Nobel colombiano: Crónica de una muerte anunciada, El coronel no tiene quién le escriba y Doce cuentos peregrinos, los dos primeros narrados por el reconocido actor colombiano Diego Trujillo.
A estos tres títulos que podrán encontrarse a partir de octubre se sumarán otros tres que se podrán encontrar a partir del 15 de diciembre: Del amor y otros demonios, Memoria de mis putas tristes, narrada por el actor colombiano Alfonso Ortiz, y Vivir para contarla.
También a partir de octubre podrán encontrarse en las plataformas de descarga de audiolibros títulos como Veinte poemas de amor y una canción desesperada de Pablo Neruda, recitados por el actor argentino-colombiano Julio César Luna; los títulos de Isabel Allende, El cuaderno de Maya, El amante japonés y La isla bajo el mar, que aparecerá en el mes de diciembre, y Hombres buenos y El capitán Alatriste de Arturo Pérez-Reverte.
Penguin Random House es el único grupo editorial español que tiene un programa de audiolibros. El proyecto se puso en marcha en junio de 2014 y a finales de este año alcanzará un total de 140 títulos entre los que también pueden encontrarse obras autores como Ken Follett, Julia Navarro, Stephen King, Ildefonso Falcones, John Green, Roberto Bolaño o Mario Vargas Llosa entre otros. Todos estos audiolibros tienen una cuidada producción y se han grabado con la colaboración de los mejores estudios de grabación en Estados Unidos, España y América Latina.
A continuación unos apartes de los audiolibros:
"El coronel destapó el tarro del café y comprobó que no había más de una cucharadita. Retiró la olla del fogón, vertió la mitad del agua en el piso de tierra, y con un cuchillo raspó el interior del tarro sobre la olla hasta cuando se desprendieron las últimas raspaduras del polvo de café revueltas con óxido de lata. Mientras esperaba a que hirviera la infusión, sentado junto a la hornilla de barro cocido en una actitud de confiada e inocente expectativa, el coronel experimentó la sensación de que nacían hongos y lirios venenosos en sus tripas. Era octubre. Una mañana difícil de sortear, aun para un hombre como él que había sobrevivido a tantas mañanas como esa. Durante cincuenta y seis años -desde cuando terminó la última guerra civil- el coronel no había hecho nada distinto de esperar. Octubre era una de las pocas cosas que llegaban".