Dos tercios de los estudiantes latinoamericanos aprueban las dictaduras

Un estudio aplicado a 25.000 estudiantes de Chile, México, República Dominicana, Perú y Colombia demuestra que buena parte de los jóvenes aprueban las actitudes dictatoriales.

- Redacción Vivir
13 de abril de 2018 - 12:24 a. m.
El informe estudia las opiniones de los jóvenes acerca del gobierno, la convivencia pacífica y la diversidad en cinco países de América Latina. / El Espectador
El informe estudia las opiniones de los jóvenes acerca del gobierno, la convivencia pacífica y la diversidad en cinco países de América Latina. / El Espectador
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Buena parte de los países latinoamericanos sufrieron de amargas dictaduras a lo largo del siglo XX. Argentina, Chile, Brasil, Guatemala, Cuba, Perú: todos estuvieron bajo gobiernos autoritarios que desaparecían opositores, asesinaban a cualquiera que protestara y acabaron con la democracia. Pero a pesar de esta historia de terror, una investigación reciente demostró que los jóvenes parecen no conocer esta historia, pues están dispuestos a repetirla. 

El informe realizado por la Asociación Internacional para la Evaluación del Logro Educativo (IEA) revelado ayer en Lima, demostró que el 69% de los jóvenes de Chile, México, República Dominicana, Perú y Colombia  aceptarían una dictadura si esta trae orden y seguridad. Un 65% dijo estar dispuesto a someterse a un gobierno antidemocrático si este trae beneficios económicos.

El estudio que fue aplicado a 25.000 jóvenes  en octavo año escolar de 900 colegios de la región, busca evaluar el nivel de cultura cívica y ciudadana en los distintos países. La región –incluida Colombia– evidentemente se rajó. 

De hecho, nuestro país fue el segundo con el porcentaje más alto: el primero fue Perú, en donde el 77% de los jóvenes dijo que estaría de acuerdo con una dictadura que prometiera orden en el país. Colombia obtuvo un 72% para esta pregunta.

Un dato interesante que podría explicar es que aquellos estudiantes matriculados en colegios en áreas urbanas, y que además esperaban cursar un grado universitario,  eran quienes menos probabilidad tenían de apoyar las prácticas autoritarias de los gobiernos.

Si se tiene en cuenta que en los países latinoamericanos los habitantes más pobres habitan en el campo y tienen pocas posibilidades para continuar su formación profesional tras el bachillerato, sería posible afirmar que las condiciones de pobreza y vulnerabilidad crean una propensión a justificar los gobiernos autoritarios. (Lea aquí porue los jóvenes rurales de Colombia podrían estar Condenados a la mala educación)

De hecho, el 29% de los estudiantes latinoamericanos estaban de acuerdo con que los funcionarios públicos ejerzan su autoridad incluso si eso implica violar los derechos de algunos ciudadanos. 

Pero sí hay forma de salir de esta forma de pensar. Dice el estudio: "Encontramos que los estudiantes con altos niveles de conocimiento cívico tienen menos probabilidad de aceptar justificaciones hacia la dictadura o la violación de la ley, de apoyar el uso de las prácticas autoritarias de los gobiernos, de la corrupción en los servicios públicos y el uso de la violencia que sus compañeros con menores niveles de conocimiento”.

Además, el conocimiento cívico también se relacionó con una menor tolerancia a la corrupción, una mayor aceptación de la diversidad y, aunque parezca paradójico, una menor confianza en las instituciones. De acuerdo con la IEA, este último resultado podría deberse a que alguien con un mayor de conciencia cívica es más capaz de cuestionar y de pensar profundamente sobre las debilidades de las instituciones democráticas.

Sigue la tolerancia ante la corrupción

Otro punto que vale la pena destacar del estudio fueron los índices de tolerancia ante la corrupción en los cinco países. En términos generales, el 51% de los estudiantes latinoamericanos estuvo de acuerdo con afirmaciones sobre prácticas corruptas en el gobierno y sobre la cultura de “el vivo vive del bobo”. El 35% de los estudiantes latinoamericanos aprueban violar la ley si esto les permite sacar algún provecho económico.

Por ejemplo, ante la pregunta de si es válido saltarse la aplicación de la norma ara alcanzar una meta importante, el 64% dijo estar de acuerdo. Los datos fueron aún más graves cuando els preguntaron si violarían la ley para ayudar a sus familiares: el 73% dijo que sí.

La paz, ese asunto pendiente

Un dato preocupante para Colombia fue la disminución de los estudiantes que creen en la paz. Si bien el 80% de los estudiantes colombianos estuvo de acuerdo con la afirmación “La paz solo se logra a través del diálogo y la negociación”, si se compara este resultado con el de 2009, el porcentaje se redujo en un 8%.

Sin embargo, hay una buena noticia: los estudiantes que justifican las actitudes violentas disminuyeron, tanto en el contexto personal como en el público. Apenas el 26% aprobó cometer un delito contra alguien que cometa un crimen contra su familia, comparado con el 38% que estaba de acuerdo en 2009. 

Las actitudes complacientes frente al “linchamiento público” para castigar criminales ya que la autoridad no actúa se redujo en un 8%, aunque aún así, quedó en una cifra bastante alta: el 41%. Esto quiere decir que cuatro de cada diez estudiantes colombianos están de acuerdo con la “justicia por mano propia”. 

Por - Redacción Vivir

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