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A través de una carta firmada por 83 estudiantes de la profesora Carolina Sanín, quien fue apartada de la Universidad de los Andes –según la institución– por afectar “la convivencia entre los miembros de la comunidad”, un grupo de alumnos salió en defensa de la escritora, argumentando que son “insuficientes, injustas, debatibles y pobres” las razones que llevaron a su despido. (Lea la carta de respaldo a Sanín en el PDF)
De acuerdo con los firmantes, quienes destacan la actitud crítica y el rigor que promueve la profesora, su postura en espacios académicos, lejos de afectar la convivencia, favorece el debate y promueve el disenso y el diálogo, ejercicios que –aseguran– deberían ser fomentados por los Andes en vez de reprimirlos.
Según los estudiantes, contrario a insultarlos, Sanín ha sido una persona muy respetuosa en las clases y su invitación siempre se ha orientado al pensamiento crítico: “Nosotros, como sus estudiantes en el salón de clases (a diferencia de muchos otros que no han asistido a ellas y hablan desde el desconocimiento y la desinformación), damos fe de ello: sus intervenciones son pensadas, prolijas y pertinentes”.
Los firmantes resaltan los cuestionamientos formulados por la profesora ante “conocimientos previos y lugares comunes” y elogian su postura sobre aspectos controversiales, enumerando temas como programa Ser Pilo Paga, el ciberacoso, el hacinamiento de la Universidad o la libertad de expresión.
“No creemos que la actitud de la profesora Sanín lesione el nombre de la Universidad. Pensamos que no son las declaraciones críticas hacia la institución las que afectan su buen nombre sino los actos moralmente reprochables de quienes hacen parte de la comunidad”, señalan, haciendo alusión y sin mencionar nombres, a aquellos egresados que desfalcan las arcas del Estado o quienes se han visto involucrados en el homicidio de compañeros.
“La actitud crítica de Sanín habla bien de la Universidad de los Andes, pues la universidad es un espacio que debe incentivar el pensamiento y la discusión. Además, sus observaciones dan cuenta del interés y el aprecio que la unen a la institución de la que fue estudiante y docente, pues de otro modo no dedicaría su pensamiento a exigirle que sea mejor”, agregan.
Ante todo esto, los estudiantes solicitan a la Universidad “una revisión consciente y detenida de la decisión tomada”, aclarando que Sanín no es un mal ejemplo para ellos. Por el contrario, indican, gracias a ella son mejores lectores y más críticos.
“Reconocemos la existencia de distintos tipos de escritos, humorísticos y poéticos, que deben leerse como textos literarios y admirarse en ese sentido. Con esto en mente, ninguno de sus estudiantes leyó sus publicaciones de Facebook como una invitación a llevar a cabo actos delictivos, conductas violentas, o acciones imposibles (como amamantar cachorros de plástico)”, precisan.
Los argumentos de la Universidad para justificar el despido
El despido de la profesora ha provocado una fuerte ola de críticas contra las directivas de la Universidad. En un documento de dos páginas los voceros de la institución expusieron sus argumentos y explicaron detalles del proceso disciplinario que llevó a cabo la Jefatura de Relaciones Laborales.
De acuerdo con la Universidad “el detonante para iniciar el proceso disciplinario en cuestión tuvo que ver con múltiples denuncias y quejas por parte de miembros de la comunidad académica (estudiantes, profesores y egresados)”. Y el argumento para dar por terminado el contrato fue que “la profesora Sanín afectó la convivencia entre los miembros de la comunidad”.
El documento expone cuatro situaciones específicas relacionadas con las opiniones y manifestaciones públicas de Sanín: a) La supuesta “cultura carcelaria” cultivada por la Universidad, b) La crianza de delincuentes en la Universidad, c) La condición de que la Universidad se lucra de la pobreza, d) La preferencia de la profesora en la ocurrencia de actos inadecuados y violentos por parte de los estudiantes.
Para la Universidad se trata de un caso matoneo. “El Consejo Superior de la Universidad ha manifestado de manera formal y pública que es voluntad y responsabilidad institucional prevenir, sancionar y rechazar toda forma de amenaza, acoso, matoneo, maltrato o discriminación en contra de cualquier miembro de su comunidad universitaria”.
La postura de Sanín
Sanín, un día después de su despido, agradeció los mensajes de apoyo que recibió y le envió un mensaje al rector de los Andes Pablo Navas: “Tenías el poder de despedirme, Pablo Navas, pero no tienes ningún poder sobre mi corazón ni sobre mi alma ni sobre mi inteligencia, ni sobre los de cientos de estudiantes que han tomado clase conmigo y ninguna clase contigo, salvo por esta clase sobre el dinero y el poderío que les diste hoy. Hay colombianas que no se venden nunca. Yo soy una de millones”.
La profesora agradeció las muestras de cariño y de respaldo, destacando los mensajes que ha recibido: “Gracias a todos, para el resto de la vida. Leer los mensajes de amigos, de lectores y de colegas ha aliviado el peso del primer día de desempleo. Y, sobre todo, leer los posts y los mensajes de mis profesores, estudiantes, y exestudiantes, de quienes lo aprendí todo, y en presencia de quienes quise pensar el mundo entero. Cada clase —y ustedes lo saben y lo vieron— era una dicha para mí, y me emocionaba poderla dictar”.