Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Durante años, los padres se han quejado del abuso, por parte de sus hijos, del celular. Ya es común ver a las personas caminando por la calle ‘embobadas’ en sus dispositivos móviles y sin prestar atención a lo que los rodea.
Ahora, un estudio del London School of Economics, revelado por la CNN, acaba de concluir que es bueno para la educación de los jóvenes el prohibirles el uso de celulares en la escuela. Mejor dicho: que aquellas instituciones educativas que restringen el uso de los dispositivos móviles obtienen mejores resultados académicos.
“Descubrimos que el impacto de prohibir los teléfonos a estos estudiantes equivale a una hora adicional de clases por semana, o a aumentar el año escolar en cinco días”, le dijeron los investigadores Richard Murphy y Louis-Philippe Beland, autores del estudio, a CNN.
En este, los dos economistas analizaron los cambios en los manuales de 91 colegios de Inglaterra respecto al uso de los celulares, desde 2001. Y, luego, compararon estos datos con los resultados logrados en las distintas pruebas nacionales. En total participaron 130.000 alumnos.
De acuerdo con esta investigación, las escuelas mejoraron hasta en un 6.4% en su rendimiento académico, tras prohibir los teléfonos. El impacto en los estudiantes con peores calificaciones fue aún más notable, con una mejora del 14%.
“Los resultados indican que los peores estudiantes son más propensos a distraerse con los teléfonos móviles, mientras que los más brillantes son capaces de enfocarse en las clases independientemente de las políticas de uso de teléfonos”, dijeron los investigadores.
Aclararon que esto no significa que haya que satanizar a los celulares y que, eventualmente, pueden ser de mucha utilidad para el aprendizaje de los menores. “No obstante, las nuevas tecnologías tienen sus posibles inconvenientes”, sostuvieron Murphy y Beland.
Algunos países han restringido el uso de teléfonos celulares en las aulas. Por ejemplo, en noviembre del año pasado, la provincia de Castilla La Mancha, en España, prohibió el uso de celulares en las escuelas, “salvo en los casos previstos expresamente en el proyecto educativo del centro o en situaciones excepcionales, debidamente acreditadas”.
Otros, en cambio, han flexibilizado sus políticas y dejado en manos de las escuelas la decisión de prohibir o no el uso de estos dispositivos en clase. Por ejemplo, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, anuló en marzo pasado una disposición que regulaba el uso de los celulares en la escuela.
Para Murphy y Beland tal iniciativa puede traer consecuencias negativas. “Los colegios podrían reducir significativamente las diferencias académicas prohibiendo el uso de móviles en escuelas, pero al permitirlos, Nueva York podría incrementar indirectamente las desigualdades”. El debate alrededor del mundo respecto a la prohibición o no del uso de estos dispositivos en las aulas sigue encendido.