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El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció otra alza del salario mínimo, esta vez de un 40 %, y ordenó poner en marcha a partir del viernes un nuevo sistema para establecer el precio máximo de 50 productos y servicios básicos, cuyo cumplimiento será vigilado por "fiscales populares".
(Lea: Maduro planea crear un "nuevo sistema de pago" que le compita al dólar)
El mandatario hizo estos esperados anuncios sobre economía ante la plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente, instaurada por el oficialismo, a la que entregó 8 proyectos de ley para consolidar el "modelo socialista" de Venezuela y salir de una profunda crisis de la que responsabiliza al "neoliberalismo capitalista".
El incremento -el segundo en poco más de dos meses y el trigésimo octavo que ordena el Gobierno desde el comienzo de la revolución bolivariana en 1999- deja el sueldo mínimo en 136.544 bolívares, poco más de 40 dólares según la tasa de cambio oficial más alta y menos de 7 dólares si se toma la cotización en el mercado libre.
La medida estrella del presidente contra la crisis es el establecimiento de un "nuevo sistema" con el que la Comisión de Economía de la Constituyente fijará, junto a "los sectores productivos y distributivos" y "los consumidores", los precios de la leche, el pan, el aceite, el jabón, la pasta y el pollo, entre otros productos.
Este nuevo impulso al control de precios ya implantado en el país estará reforzado, según una de las propuestas del mandatario, por "fiscales" elegidos de entre organizaciones comunitarias y cuadros de la revolución, que señalarán ante el Ministerio Público a quien venda a precios superiores a los fijados.
El objetivo es perseguir y "meter presos" a esos comerciantes, a los que Maduro acusó de inflar en "un mil por ciento" el costo de los productos para enriquecerse y culpó una vez más del desabastecimiento y la explosión de la inflación en el país.
Según cifras publicas hoy por la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (Parlamento) -el único poder venezolano en manos de la oposición y la única institución que publica estos indicadores económicos-, la nación caribeña alcanzó hasta agosto de este año una inflación acumulada de más del 366 %.
"Nunca el Gobierno revolucionario adoptará políticas para dejar huérfano al pueblo y decretar procesos de liberalización de precios y que sea el mercado quien le imponga al pueblo sus precios demoníacos y especulativos", declaró Maduro ante los 545 constituyentes, que le aplaudieron repetidamente puestos en pie.
En otras de las propuestas de ley entregadas a la Constituyente -que ha aprobado por unanimidad todas las peticiones remitidas hasta ahora por el presidente-, Maduro planteó la reapertura de casas de cambio en el país y la puesta en marcha de una investigación sobre el origen de las "grandes fortunas generadas por la guerra económica".
El líder de la llamada revolución bolivariana pidió determinar "nombres, apellidos, procedencia, origen, localización" de unas fortunas que atribuyó al "robo y la especulación" y aplicar como castigo impuestos especiales a sus dueños cuando la legitimidad del dinero no quede acreditada por la investigación.
"Que sean los ricachones y que sean los que más tienen los que financien la vida social y el desarrollo económico del país", indicó Maduro entre vítores de la Asamblea Nacional Constituyente.
El proyecto más llamativo adelantado por el jefe del Estado fue sin embargo la implementación en el país de "un nuevo sistema de pago internacional" que, con la creación de una "canasta" con el yuan, el euro, los yenes, las rupias y otras monedas, sirva como alternativa al dólar.
Maduro aseguró que el proyecto valdrá para "liberar las amarras del dólar como moneda opresora" de Venezuela y se mostró convencido de que "abrirá los caminos" de "un nuevo sistema monetario, financiero" que ponga fin a "los chantajes" y las "sanciones imperialistas a través del dólar y el sistema financiero estadounidense".
Esta canasta de monedas empezará a funcionar de forma inmediata para las operaciones del sistema de asignación de divisas "Dicom", uno de los mecanismos con los que el Estado venezolano -que tiene el monopolio del cambio de moneda extranjera- adjudica dólares a empresas y particulares.