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Es incierto número de muertos tras tsunami en la Islas Samoa

Medios de comunicación cercanos hablan de aproximadamente cuarenta víctimas.

Agencia EFE
29 de septiembre de 2009 - 08:21 p. m.

Varias decenas de personas han muerto y centenares de edificios han quedado destruidos en Samoa, a causa del sismo del 7,9 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, que originó un tsunami en la región del Pacífico.

La Policía del territorio estadounidense de Samoa confirmó que al menos 14 personas habían muerto, mientras que en el vecino Estado de Samoa Occidental, ambos parte del mismo archipiélago, la cifra de víctimas mortales ascendía al menos a cuarenta, según relatos de residentes citados por Radio Nueva Zelanda.

En Samoa independiente, la mayoría de las muertes se produjo en la localidad de Lalomanu, situada en la costa oriental de la isla de Upolu, donde casi todas las aldeas han quedado destruidas por la fuerte sacudida, de acuerdo a medios locales.

Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, en la región se registraron hasta trece réplicas sísmicas con una magnitud superior a los cinco grados. Upolu, de 75 kilómetros de longitud y de una extensión de 1.125 kilómetros cuadrados, es la segunda mayor isla de Samoa Occidental, después de la de Savaii, y alberga la capital, Apia.

De acuerdo a informaciones recogidas en Apia por la Policía, también aldeas de la pequeña isla vecina de Monono, han sido destruidas por la sacudida y una extensa parte de que lo antes era tierra firme se encuentra sumergida bajo el agua.

Una vecina de la aldea de Potasi, situada al este de Upolu, dijo haber visto los cadáveres de tres niños que murieron al ser aplastados por escombros de una casa, y señaló que la mayor parte de la población se levantaba de dormir cuando ocurrió el sismo. “Han muerto muchas personas, también niños, la gente se levantaba de la cama cuando ocurrió”, dijo Sione Taimagala a una radio samoana.

El Servicio Geológico de Estados Unidos, que vigila la actividad sísmica mundial, indicó que el terremoto se produjo a las 06:48 hora local (17:48 GMT, del martes) , a una profundidad de 18 kilómetros bajo el lecho marino, a 204 kilómetros al sur de Apia, y a 224 kilómetros al suroeste de Pago Pago, capital de la Samoa que es territorio de Estados Unidos.

Tras el terremoto, que otras agencias sísmicas elevaron hasta los 8,3 grados de magnitud en la escala abierta de Richter, el Centro de Alertas de Tsunamis del Pacífico, emitió una alerta dirigida en particular a Samoa, Nueva Zelanda, las islas Fiyi, la Polinesia francesa y Tonga.

Posteriormente se emitieron varias alertas de tsunami para las islas Cook, Tokelau, Niue, Marshall, Salomón, Kermadec, Jarvis, Palmyra, Howland-Baker, Vanuatu y Nauru, así como similares avisos para Nueva Caledonia, Papúa Nueva Guinea, Australia y prácticamente la totalidad de las islas del Pacífico. El centro del Pacífico levantó alerta de tsunami unas cuatro horas después de dar la alarma.

El sismo causó olas de entre 0,7 metros y cuatro metros en diferentes zonas del archipiélago de Samoa, de acuerdo al Centro de Alertas de Tsunami del Pacífico. Según dijeron residentes en Apia a Radio Nueva Zelanda, tras el terremoto que sacudió la isla durante cerca de tres minutos, muchas familias abandonaron las casas para refugiarse en lugares altos de la ciudad.

Scott Mulholland, un neozelandés que reside en Apia, que prácticamente toda la población había abandonado la capital por temor a un tsunami, aunque de forma ordenada con la coordinación de la policía local. Se da la circunstancia, explicó Mulholland, de que casi la totalidad de los agentes de la Policía está de servicio desde hace varias semanas ya que el gobierno cambió el lado de conducir para los vehículos, de derecha a izquierda.

En la Samoa estadounidense, las autoridades informaron de que numeros edificios de Pago Pago estaban destruidos o dañados y de que decenas de vehículos había caído al mar, aunque los mayores daños se estima que se han producido en las zonas costeras del este y sur, donde están ubicadas unas setenta aldeas pequeñas, en las que residían un promedio de medio millar de personas, en cada una.

Por Agencia EFE

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