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Con sus playas y su clima benigno, España puede convertirse en la estrella del sector turístico en 2016, después de un 2015 récord para este país, beneficiado por los atentados en varios de sus competidores mediterráneos.
"2016 será un año español": es el mensaje del número uno mundial del turismo, el alemán TUI, compartido por otros profesionales del sector.
Todos notan un interés creciente de los viajeros por este país mediterráneo, actualmente el tercer destino mundial detrás de Francia y Estados Unidos y por delante de China.
Aunque la cifra exacta no se anunciará hasta finales de enero, España estima haber recibido en 2015 alrededor de 68 millones de turistas extranjeros (tres millones más que la cifra récord de 2014) que habrían gastado más de 65.000 millones de euros.
Para la patronal del sector Exceltur, un tercio de este crecimiento se debe a la amenaza terrorista existente en otros países mediterráneos muy solicitados por las playas y el sol, como Túnez, Turquía y Egipto.
"Cada vez que se ha producido un suceso, como los atentados en Túnez (contra el museo del Bardo en marzo o los turistas de un hotel en Susa en junio) o el avión ruso que se estrelló en Egipto, se ha producido un incremento de la llegada de turistas a España", afirma Óscar Perelli, director de estudios de Exceltur.
Los europeos, con los británicos a la cabeza, por delante de franceses y alemanes, representan casi el 80% de turistas que visitan España.
Son las mismas nacionalidades que solían acudir a Turquía, Túnez o Egipto, cuya fuga de turistas están aprovechando los profesionales españoles.
"Desde que empezó la primavera árabe se empezó a notar" esta tendencia. Pero se aceleró en 2015, cuando aumentaron los atentados terroristas, explica Rafael Gallego, presidente de la confederación española de agencias de viajes CEAV.
Las islas Canarias, frente a la costa occidental africana, apreciadas por su clima moderado, acogieron un 20% más de franceses en 2015, mientras Túnez perdió un 25% de turistas extranjeros.
Para el verano de 2016, TUI, un gran conglomerado con agencias de viajes, compañías aéreas, hoteles, cruceros y operadoras turísticas, ha registrado un aumento de dos digitos en las reservas desde Alemania, Austria y Suiza que lo obligaron a reforzar su oferta.
"Proponemos alternativas a los países que cierran" y "en España, tienen capacidad" con 16.000 hoteles, explica el patrón de la compañía, Fritz Jouseen, a la AFP.
La llegada de turistas suplementarios es "una oportunidad" para el sector, que representa el 14% del PIB nacional según Exceltur, considera Gallego, presidente de CEAV.
Es la ocasión para el país, muy orientado al turismo de "sol y playa", para mostrar otras facetas, especialmente su interior con potencial para el turismo gastronómico, deportivo o cultural, y atraer a visitantes en la temporada baja, explica.
Pero también puede constituir "una amenaza", advierte. Una de las primeras consecuencias de este éxito es un encarecimiento de la estancia en España para este verano, que podría ser utilizada por sus competidores para recuperar mercado con una estrategia de precios bajos, explica.
Los operadores turísticos extranjeros, especialmente escandinavos, británicos o alemanes, "están pagando entre un 5 y un 10% más que el precio de mercado para asegurarse las habitaciones" para la temporada alta, señala Emilio Rivas, director general de una división del grupo turístico español Globalia, que gestiona operadores, una agencia de viajes y también una compañía aérea.
Como resultado, los españoles, muy atados a su país pero poco habituados a reservar sus vacaciones con meses de antelación como sus vecinos del norte de Europa, podrían encontrarse con una desagradable sorpresa al buscar su destino para el verano.