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El presidente del Consejo de Estado, Luis Fernando Álvarez, admitió que algunos de los problemas de infraestructura que, ha denunciado, aquejan a la colegiatura, podrían ser el caldo de cultivo de los nidos de corrupción que, aparentemente, siguen rodeando a esa corporación.
En diálogo con ElEspectador.com, dijo que son muchos los funcionarios que tienen acceso a los diferentes expedientes y que eso puede abrir puertas a la asociación de algunos funcionarios con redes corruptas que mediante métodos fraudulentos buscan la dimisión de los procesos que cursan en ese alto tribunal de la jurisdicción contencioso administrativa.
Reconoció que para el Consejo de Estado se hace dificultoso efectuar un control estricto de todos los procesos, teniendo en cuenta la complejidad de esta estructura de operaciones.
"Hay mucha serie de funcionarios que tramitan sobre los distintos expedientes, cada uno con un oficio determinado. Digamos que en principio hay un gran control; se conoce la honorabilidad de cada funcionario, pero usted muy bien entiende que cuando se tiene una corporación con tanto funcionario, tanto empleado, ´puede haber dos o tres personas que en un momento determinado estén buscando conectar una red de corrupción", sostuvo.
Luis Fernando Álvarez manifestó que, desde hace años, cuando empezaros a surgir sospechas en torno a la irregular actuación de algunos integrantes del organismo a su cargo, ellos mismos le solicitaron a la Fiscalía y a la Procuraduría que actuaran con la mayor celeridad y eficiencia en las investigaciones.
Añadió que le pidieron copia del material al ente investigador, con el fin de tomar los correctivos del caso, pero que ello no fue posible, debido a que hacía parte de la reserva sumarial.
Dijo que incluso este año fue invitado a la Sala Plena el fiscal General de la Nación (e), Guillermo Mendoza Diago, para ponerse a su disposición e insistirle en que les permitiera conocer algunos detalles de la investigación con el fin de corregir y contribuir al esclarecimiento de los hechos.