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Condenan a José Miguel Narváez por interceptaciones ilegales en el DAS

El exsubdirector del DAS fue sentenciado a ocho años de cárcel por perseguir e intimidar a periodistas, ONG y defensores de derechos humanos entre 2003 y 2005. Compulsan copias al expresidente Álvaro Uribe

Redacción Judicial
26 de julio de 2016 - 05:04 p. m.
José Miguel Narvaez, exsubdirector del DAS.  / Archivo
José Miguel Narvaez, exsubdirector del DAS. / Archivo
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Un juzgado especializado de Bogotá condenó a ocho años de prisión al exsubdirector del DAS, José Miguel Narváez, por las interceptaciones y seguimientos ilegales a periodistas, ONG y defensores de derechos humanos. Narváez fue hallado culpable por la creación del grupo clandestino de espionaje G-3, que se encargó de intimidar y enlodar a sectores de la izquierda en Colombia. Asimismo, se le compulsaron copias al expresidente Álvaro Uribe para que se investigue su responsabilidad en la persecución ilegal durante su Gobierno.

“Se prueba que se asoció con funcionarios al interior del DAS para cometer delitos contra miembros de organizaciones defensoras de derechos humanos  y periodista o políticos no afines al Gobierno Nacional de turno. Asociación que trascendió del mero acuerdo, pues existe documentación suficiente para determinar que se realizaron seguimientos e interceptaciones ilegales sin orden judicial y utilización de equipos de la entidad para cumplir fines delictivos, poniendo en riesgo la seguridad pública”, es una parte del fallo de 209 páginas que leyó el abogado de víctimas Luis Guillermo Pérez.

El G-3 fue una célula ilegal que operó entre marzo de 2003 y noviembre de 2005. La Fiscalía descubrió que Nárvaez, junto a otros altos funcionarios, conformó este grupo de 15 detectives que funcionaba en el piso octavo y décimo del edificio DAS. Entre sus funciones estaba adelantar operaciones de desprestigio contra ONG, como por ejemplo, la denominada Operación Transmilenio contra el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo y la Comisión Colombiana de Justicia. También intentó desacreditar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos y espió a la premio Nobel de Paz iraní Shirin Ebadi en 2004 durante su visita a Colombia.

A Narváez también se le responsabilizó por elaborar un manual para amenazar e intimidar a la periodista Claudia Julita Duque, quien en ese entonces estaba documentando las pruebas que demostrarían que en el asesinato del humorista Jaime Garzón en 1999 participaron agentes del DAS para desviar la investigación y que se quedara en la impunidad. Es más, José Miguel Narváez está ad portas de ser juzgado por este crimen porque, según las pruebas de la Fiscalía, fue el hombre que le insistió al comandante paramilitar Carlos Castaño de quitar del camino a Jaime Garzón.

Comandantes paramilitares como Salvatore Mancuso, Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’, Raul Hasbún, alias ‘Pedro Bonito’, e Iván Roberto Duque, alias ‘Ernesto Báez’, han declarado que José Miguel Nárvaez er aun hombre cercano a la organización. Supuestamente frecuentaba los campamentos de las autodefensas y visitaba a Carlos Castaño. Los jefes paramilitares señalaron que Narváez fue un ideólogo, al punto que llegó a dictar una conferencia en la finca de Carlos Castaño llamada “Por qué es lícito asesinar comunistas en Colombia”.

Una de las principales pruebas que lo relacionarían con los paramilitares es una USB que entregó Ever Veloza, alias ‘H.H.’, en la que se habría encontrado información de inteligencia filtrada por Narváez y una lista de nombres de periodistas y defensores de derechos humanos a asesinar. Mancuso le dijo a la Fiscalía que hasta el mismo Castaño era más prudente en su pensamiento frente a la izquierda y los sindicalistas que el mismo Narváez.

El G-3 dejó de funcionar en octubre de 2005 en medio de una crisis institucional en el DAS por un enfrentamiento entre el director Jorge Noguera y el subdirector José Miguel Narváez. Todo se habría desatado por la infiltración del paramilitarismo en el organismo de inteligencia que fue denunciada por el exdirector de Informática del organismo, Rafael García, quien le dijo a la Fiscalía que Noguera puso al servicio del Bloque Norte de las autodefensas al DAS. Con este testimonio se dio vida a la investigación por la parapolítica.

La primera sentencia contra Narváez, un hombre experto en inteligencia y que asesoró al DAS desde el 2002, llegó por los seguimientos e interceptaciones ilegales a periodistas, políticos y defensores de derechos humanos. Según el abogado de víctimas, Luis Guillermo Pérez, las dilaciones de Narváez en este caso conllevaron a la prescripción de dos de los tres delitos que le habían imputado: utilización de equipos transmisores y receptores y violación ilícita de comunicaciones. Tan solo fue condenado por concierto para delinquir.

Narváez aún tiene cuentas pendientes con la justicia: está siendo procesado por los homicidios de los homicidios del senador Manuel Cepeda (9 de agosto de 1994), y Jaime Garzón (13 de agosto de 1999); por el secuestro de Piedad Córdoba ocurrido el 25 de mayo de 1999 y por la tortura sicológica de la que fue víctima Claudia Julieta Duque. Asimismo, el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo solicitará que se le investigue por el intento de homicidio de Wilson Borja.

Por Redacción Judicial

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