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La controversial carta de 'Macaco' a los negociadores de paz en Cuba

Le advierte a la mesa de diálogos sobre las posibles consecuencias de hacerle más concesiones a las Farc de las que se les dieron a los 'paras' en Justicia y Paz.

María Flórez
27 de julio de 2014 - 06:25 p. m.
La controversial carta de 'Macaco' a los negociadores de paz en Cuba
Foto: REUTERS - HO

El lunes pasado el Tribunal de Bogotá le dio la boleta de libertad a José de Jesús Pérez Jiménez, alias ‘Sancocho’, excomandante del frente Farallones del bloque Calima de las Auc. Con esa decisión, ‘Sancocho’ se convirtió en el primer mando medio de las autodefensas en salir de prisión. Ahora, justo cuando crece la preocupación por la inminente salida de la cárcel de los exjefes ‘paras’, Carlos Mario Jiménez, alias ‘Macaco’, le echó más leña al fuego con una carta en la que desde ya advierte un posible rearme de los paramilitares por cuenta de las negociaciones que adelanta el gobierno con las Farc.

En el documento, publicado este viernes por Confidencial Colombia, el excomandante del bloque Central Bolívar escribió que “salvo que trabajemos desde ya por la distensión entre excombatientes de las guerrillas y las Autodefensas nos veremos abocados a una confrontación entre excombatientes y a un rearme. Hay una sola cosa que haría enemigos a los excombatientes de las Auc y los de las guerrillas: la desigualdad en las garantías jurídicas y políticas entre uno y otro proceso de paz”. Estas afirmaciones sitúan en la cuerda floja la garantía de no repetición que han ofrecido los postulados a la Ley de Justicia y Paz, quienes ante las víctimas y los tribunales han asegurado que no volverán a tomar las armas.

Más aun, lo dicho por ‘Macaco’ pone en riesgo la promesa de alcanzar la paz con la que el presidente Juan Manuel Santos ganó las últimas elecciones. El hecho de que los desmovilizados de las Auc llegaran a conformar una estructura ilegal para atacar a los futuros exguerrilleros reversaría los avances en materia de justicia y reparación. Además, constituiría otro sangriento capítulo del conflicto armado, algo que volvería real el fantasma que por años ha perseguido a las Farc: un exterminio como el de la Unión Patriótica.

En la carta, el exjefe paramilitar también opinó que el proceso de Justicia y Paz “fue parcial e inconcluso, muy limitado e irregular y no logró convertirse en un verdadero proceso de paz y reconciliación”. Según él, “las razones de tales falencias pueden sintetizarse en que no se abordó el análisis del narcotráfico, el cual hubiéramos podido ayudar a desmontar. No se trató el tema de tierras, a pesar de que éramos Autodefensas Campesinas, y se optó más por la extinción de dominio que por el desarrollo rural y la reparación. Se prefirió más la extradición, con las limitaciones que ello conlleva, la judicialización y el sometimiento a la justicia, que la construcción de un verdadero proceso de paz y reconciliación que tuviera en cuenta a todos los que participaron del conflicto y contribuyera a la convivencia nacional”.

Por eso, pidió que se “reconstruyera” la Ley de Justicia y Paz, debido a las supuestas “mutilaciones que han desconfigurado el espíritu de la misma”, y que se adecuara al Marco Jurídico para la Paz que aprobó el Congreso en 2012. Además, propuso que con el fin de evitar el rearme se creara una “comisión de distensión entre exmiembros de las Auc y exguerrilleros de las Farc y el Eln”.

En el fondo de las quejas de ‘Macaco’, que fue extraditado a Estados Unidos en 2008, se encuentra la discusión sobre el reconocimiento político de las extintas Autodefensas Unidas de Colombia, un tema que en su momento levantó ampolla en el país y obligó a la Corte Constitucional a poner en cintura al gobierno de Álvaro Uribe, que pretendía otorgarle más beneficios jurídicos y políticos a los paramilitares. Justamente, el fenómeno de la parapolítica estuvo estrechamente ligado al interés de las autodefensas por tener aliados en el Congreso que les aseguraran una ley más laxa, tal como lo ha asegurado Fredy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’.

Ahora, además de los temores de varios sectores sociales por la salida de al menos 1.117 exparamilitares de las cárceles colombianas, el gobierno tendrá que hacerle frente a las inconformidades de los desmovilizados con el proceso que se adelanta en La Habana. La carta que le envió ‘Macaco’ a los negociadores es un abrebocas de los grandes retos que debe superar el Ejecutivo para cohesionar a los distintos actores del conflicto alrededor de la consecución de la paz.


mflorez@elespectador

 

Por María Flórez

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