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La denuncia de los 91 defensores amenazados

Líderes de derechos humanos recibieron correos electrónicos en los que se les declaraba objetivo militar, se les acusaba de guerrilleros y se les intimidaba de muerte a ellos y a sus familias.

María Camila Rincón Ortega
13 de septiembre de 2014 - 03:30 p. m.
/Gustavo Torrijos
/Gustavo Torrijos
Foto: GUSTAVO TORRIJOS/EL ESPECTADOR - GUSTAVO TORRIJOS

Desde hace cuatro días cualquier asomo de tranquilidad les fue arrebatado a 91 defensores de derechos humanos, luego de que sus nombres aparecieran en una "lista negra" que fue declarada objetivo militar. Durante 48 horas vino una seguidilla de tres correos electrónicos escritos con la intención de asustar. La segunda y la tercera misivas arrojaron luces sobre los posibles autores de los hostigamientos: el bloque Capital de la banda criminal Águilas Negras. O por lo menos, con ese nombre se había abierto el correo del cual provenía el amedrentamiento.

Por eso, en la mañana de este viernes, presentaron una denuncia ante la Fiscalía por el delito de amenaza. Y recordaron que con las amenazas se les está vulnerando el derecho a la vida y a la integridad personal. De los 91 defensores, acudieron alrededor de 40 al búnker para dejar claro que su vida y la de sus familiares está en riesgo. Incluso trataron de que fuera el despacho del vicefiscal Jorge Fernando Perdomo el que les recibiera la solicitud. En el documento que se le entregó al ente investigador, los defensores amenazados le formulan cuatro peticiones a la Fiscalía.

La primera de ellas es que se inicie la investigación penal contra "sujetos indeterminados" de las Águilas Negras, pues la única pista sobre los autores de los tres correos son las direcciones electrónicas de aguilasnegrasbloquecapital@gmail.com y joseperalta1981mas@gmail.com. De ahí, que también le soliciten a la Fiscalía que "identifique efectivamente de dónde surgen las amenazas". Al respecto, Alfonso Castillo, vocero del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado, le manifestó a El Espectador que "lo que nosotros esperamos es que la Fiscalía intensifique las investigaciones que permitan determinar el origen de las amenazas".

Y agregó que "es urgente rastrear las direcciones IP desde donde se enviaron los correos, como lo han hecho con otras personas que han sido amenazadas. Esperamos que esta vez la Fiscalía haga en nuestro caso lo que no ha hecho en el pasado reciente y es esclarecer los ataques de los que hemos sido víctimas". De ahí que las otras dos peticiones de los defensores sean, precisamente, la identificación de las IP y que "se implementen las medidas necesarias para garantizar la protección y salvaguardar la vida e integridad de las personas incluidas en las amenazas y la de sus familias".

En parte, también, porque el miedo de quienes fueron incluidos en esa "lista negra" permanece fresco, como una sombra que los acecha. En este sentido, Castillo enfatizó que "como todo ser humano sentimos miedo, pero este miedo no alcanza para dejar de hacer lo que hemos hecho durante tantos años. Entonces, pues hay que ganarle al temor e implementar medidas de autoprotección. En mi caso, que tengo esquema de seguridad pues modificamos rutinas de movilización. Además, porque hasta el momento de hoy viernes, transcurridos 4 días de las amenazas ninguna autoridad gubernamental nos ha llamado a preguntarnos nada, a mí por lo menos no lo han hecho".

Y es que las amenazas son muy fuertes tanto en tono como en lenguaje. El primer correo, en el que les aseguraron a los 91 defensores que "ustedes y sus organizaciones tienen que pagar con sangre, sabemos dónde están cada uno de ustedes y sus familias, prepárense para morir", estuvo seguido de otro en el que se lee: "Dejen de mariquiar (sic) con su cuento de defensores de derechos humanos, que ese cuento no se lo come nadie: guerrilleros. La siguiente lista es de todos los que vamos a matar. Estamos defendiendo la patria y la democracia, no admitimos guerrilleros comunistas. ya les dimos bastante tiempo".

Además, como si las palabras no calaran lo suficiente, en la última misiva se enviaron tres sufragios en archivo adjunto, en los que se hablaba sobre la muerte de las defensoras Ana Cecilia Prada, Karen Borrero y Virgelina Chara: "Su muerte se dio el 18 de septiembre de 2014 a las 11:00 am (…) los invitamos a este entierrito, no están en las lista porque ya no son objetivo pues son cadáveres vamos a empezar organización por organización". Para los defensores amenazados está claro que estos hechos los ponen un “riesgo altísimo” y es ahí donde necesitan la protección de las autoridades.


mrincon@elespectador.com

@macamilarincon

Por María Camila Rincón Ortega

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