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En un operativo en la ciudad de Bucaramanga, la Policía desarticuló una organización criminal dedicada al tráfico de personas, quienes -utilizando diferentes engaños- persuadían a sus víctimas que en su mayoría eran menores de edad.
El director de la Policía, general Rodolfo Palomino, confirmó que en medio del operativo policial, dos menores de 17 años de edad fueron rescatadas por investigadores de Infancia y Adolescencia, en un establecimiento nocturno donde hace tres meses recibían agresiones y tratos indecorosos.
Las adolescentes quedaron a disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, con el fin de restablecer sus derechos. En el lugar donde fueron ubicadas, se decomisaron varias dosis de droga, que aparentemente eran suministradas a las víctimas y vendidas a las personas que acudían en condición de “clientes”.
“La Policía Nacional llegó al sitio luego de 5 meses de investigaciones, que incluyeron 100 diligencias judiciales, en las que se identificaron a los cabecillas de la red, su rutina y artimañas para atraer a niñas de Bogotá y otras ciudades del interior, que aceptaban ofertas falsas de trabajo, cuando en realidad terminaban explotadas sexualmente”, agregó el alto oficial.
En la operación fueron capturados los dos líderes de la organización, Fredy Enrique Fonseca Forero, alias ‘Jorge’ o ‘El Gordo’ y Luis Felipe Sierra Sánchez, alias ‘Pipe’, quienes deberán responder por el delito de trata de personas. Una mujer sería la tercera implicada en el engranaje criminal, y habría escapado del país, por lo que se tramita ante INTERPOL una orden de captura internacional.
De acuerdo con las investigaciones, la estructura delincuencial atraía a jóvenes entre 15 y 17 años, con avisos clasificados en periódicos locales y regionales, en los que ofrecían oportunidades laborales en centros de estética, como administradoras de establecimientos comerciales, entre otros oficios, con unas remuneraciones mensuales cercanas a los 10 y 13 millones de pesos.
Quienes aceptaron, fueron trasladadas a Bucaramanga o Cúcuta, donde permanecieron retenidas ilegalmente por la organización, intimidadas con amenazas de muerte a sus familiares y aterrorizadas por la práctica de rituales de santería.
En el registro a la vivienda de alias ‘El Gordo’, fue ubicada una habitación en la que estaban dispuestos varios elementos utilizados en cultos de hechicería. Estas prácticas, al parecer las utilizaba para evitar que las adolescentes sometidas escaparan o que fuera descubierto por las autoridades.
El macabro lugar fue informado por una mujer que desde los 16 años estuvo dominada por la red de trata de personas y explotada hasta los 23 años. Su denuncia marcó el punto de partida de esta operación, que permitió desarticular la red de la que hasta ahora, no se tiene un número exacto de víctimas, por lo que se hace el llamado a la denuncia.