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El caso de David Ravelo, a la CIDH

El defensor de derechos humanos lleva cinco años en la cárcel por el asesinato en 1991 de David Núñez Cala, exsecretario de Obras Públicas de Barrancabermeja. Fue condenado en noviembre de 2012 a 18 años de prisión.

María José Medellín Cano
28 de septiembre de 2015 - 02:00 a. m.
Mario Jaimes Mejía, alias el “Panadero”. / Colprensa
Mario Jaimes Mejía, alias el “Panadero”. / Colprensa
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A David Ravelo lo intentaron matar más de cinco veces mientras trabajaba como defensor de derechos humanos en Barrancabermeja. Desde allí denunció la presencia de las Farc y paramilitares en el Magdalena Medio y soportó los constantes hostigamientos de los grupos armados. Aunque esquivó todos los atentados contra su vida, no pudo evitar que su nombre terminara involucrado en el homicidio de David Núñez Cala, exsecretario de Obras Públicas de Barrancabermeja, asesinado el 5 de abril de 1991. En ese entonces, Ravelo todavía pertenecía a Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humano (Credhos).

Ese golpe casi letal se lo dio el exparamilitar Mario Jaimes Mejía, alias el Panadero, un hombre polémico por sus declaraciones ante la justicia, investigado por el caso de la periodista Jineth Bedoya y condenado por una masacre ocurrida el 16 de mayo de 1998 en Barrancabermeja. Su testimonio en contra de Ravelo fue fundamental para que el 8 de octubre de 2013 el defensor fuera condenado a 18 años de cárcel. Pese a que ya se agotaron todas las instancias en Colombia para seguir peleando por su inocencia, el pasado agosto Ravelo llevó su caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Ravelo y su equipo de abogados, en cabeza de Reinaldo Villalba, soportan su defensa en tres puntos claves. El primero es el papel de William Gildardo Pacheco como fiscal especializado de la Unidad de Terrorismo de la Fiscalía cuando investigó el caso de Núñez Cala. En esa época el fiscal Pacheco estaba inhabilitado para desempeñar cargos públicos después de haber sido desvinculado de la Policía —donde fue comandante— por estar implicado en la desaparición y el asesinato de un joven en Armenia.

El segundo argumento es el rol de David Ravelo durante más de 10 años como defensor. Desde su posición denunció la incursión de paramilitares y guerrilleros en el Magdalena Medio. En sus denuncias demostró la participación de las autodefensas en la muerte de siete personas y en la desaparición de 25 más en Barrancabermeja, en la mencionada masacre del 16 de mayo de 1998. Fueron estos mismos victimarios, entre ellos el Panadero, quienes 10 años después de la matanza lo involucraron en el asesinato del exsecretario David Núñez.

El último punto, y quizá el más controversial, son los testimonios que ha dado el Panadero. Según la versión de Jaimes Mejía, fue en un restaurante a las afueras de Barrancabermeja donde se concretó el plan para asesinar al exsecretario Núñez Cala. Según el exparamilitar, en la reunión participaron el excongresista Arístides Andrade y el defensor David Ravelo. Esta versión fue respaldada en una declaración por Fremio Sánchez, compañero del Panadero en las filas de las autodefensas.

Según los reparos de Ravelo y sus abogados, los jueces y magistrados que lo condenaron en las dos instancias —la primera en noviembre de 2012 y la segunda en octubre de 2013— no tuvieron en cuenta el testimonio de Pedro Gilberto Niño, un abogado que purga una condena en la cárcel La Picota de Bogotá y quien, trabajando en asesorías a presos que comparten celda con él, escuchó otra versión de los hechos.

Fue el mismo Fremio Sánchez quien le confesó al abogado Niño que había involucrado a Ravelo en el asesinato de Núñez para ayudar a una persona que estaba tratando de acceder a los beneficios de Justicia y Paz. Según la versión de Niño, el exparamilitar le contó que su testimonio lo construyó junto a Joelkin Parejo, un personaje que le habría escrito en una libreta las palabras que tenía que decir para ratificar la versión del Panadero.

La Fiscalía investiga desde agosto de 2014 si el Panadero incurrió en fraude procesal y falso testimonio por sus declaraciones en este caso. Analiza si su historia sobre la reunión en el restaurante a las afueras de Barrancabermeja es un invento. Es más, en este caso, tanto Arístides Andrade como David Ravelo fueron aceptados el pasado mes de mayo como víctimas del Panadero por sus presuntas mentiras. Según el abogado Villalba, si se llega a demostrar esta situación, la condena de David Ravelo tendría que ser anulada.

“Pero como van las cosas, y la voluntad que ha demostrado Jaimes Mejía, esta condena llegará en los próximos tres años. Sería más una victoria moral, porque la libertad se la quitaron a Ravelo hace cinco años y eso es muy difícil de reparar”, manifestó Villalba. El panorama no es claro. El Panadero ha expresado su desinterés en seguir colaborando con la Fiscalía porque perdería los beneficios de Justicia y Paz si llega a ser condenado por falso testimonio. Y, a pesar de que el caso de Ravelo ya está en la CIDH, no existe garantía de que el proceso sea elegido para revisión. Las esperanzas de Ravelo, sus abogados y familiares están puestas en los miembros de la Comisión y en el apoyo que han mostrado comunidades y ONG internacionales, como Abogados Sin Fronteras de Canadá, Justice for Colombia y la Oficina Internacional de Derechos Humanos.

Por María José Medellín Cano

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