"El tema no es la coca, es la falta de oportunidades": líder del Chocó que frenó el glifosato

Víctor Darío Luna, representante del Consejo Comunitario Mayor de Nóvita, es uno de los líderes detrás de la tutela que llevó a la Corte Constitucional a detener la fumigación de cultivos ilícitos con el herbicida. En entrevista con este diario, Luna manifiesta con preocupación sobre el regreso de la aspersión.

Redacción Judicial
19 de julio de 2019 - 08:47 p. m.
"Quien cultiva una mata de coca hoy en Nóvita no es un criminal, su necesidad lo obliga a hacerlo", dijo Luna en la audiencia pública que la Corte Constitucional citó en marzo de este año.  / Mauricio Alvarado - El Espectador
"Quien cultiva una mata de coca hoy en Nóvita no es un criminal, su necesidad lo obliga a hacerlo", dijo Luna en la audiencia pública que la Corte Constitucional citó en marzo de este año. / Mauricio Alvarado - El Espectador

El tema de utilizar glifosato para fumigar cultivos desde avionetas escaló a la Corte Constitucional en 2017, cuando en una acción de tutela habitantes de Nóvita (Chocó) denunciaron afectaciones en su salud a raíz del contacto con el herbicida. Su solicitud de frenar las aspersiones fue revisada por la Corte, que optó por darles la razón y pedirle al Consejo Nacional de Estupefacientes que tuviera en cuenta el impacto del químico sobre la salud antes de retomar su uso.

El Gobierno asumió que la decisión de la Corte se trataba de una prohibición a nivel nacional, como dejó en claro el presidente Iván Duque el pasado mes de marzo cuando en la audiencia pública que convocó el alto tribunal les pidió a los magistrados reconsiderar su postura. No obstante, en la revisión de ese fallo, la Corte despejó algunas dudas de su decisión de hace dos años.

En primer lugar, de acuerdo al pronunciamiento del alto tribunal, el Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) debe realizar una consulta previa con la comunidad de Nóvita, con acompañamiento de la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría, para llegar a consensos sobre el retorno del glifosato. Y, por otro lado, la Corte aclaró que la decisión de retomar la fumigación con el químico es del CNE.

En ese escenario, El Espectador habló con el representante del Consejo Comunitario Mayor de Nóvita, Víctor Darío Luna, uno de los líderes detrás de la tutela que frenó la aspersión. Aunque celebra que el alto tribunal insista en la consulta previa, muestra preocupación porque el CNE, un órgano mayoritariamente del Gobierno, probablemente apruebe el regreso del glifosato.

¿Cómo recibe el llamado de la Corte a hacer la consulta previa para fumigar?

Me pareció muy acertada. Nos da un parte de tranquilidad a las comunidades de que así se dará, teniendo en cuenta que las afectaciones que hubo en su momento fueron dolorosas: la piel de las personas adultas, e incluso a algunos niños, y la muerte de cerdos, gallinas. Ver cómo se morían los peces. Fue durísimo, traumático. Y había cierto temor al escuchar el anuncio del presidente de que la fumigación y la aspersión iba porque iba. Entonces esta decisión de la Corte da un parte de tranquilidad. 

¿Cómo va ese proceso de consulta previa para retomar la fumigación? 

La verdad es que va muy lento, teniendo en cuenta que ya llevamos dos años largos y no se ha avanzado. Nos pidieron una propuesta, les enviamos una con presupuesto. Se quedaron con ella, duraron muchos meses sin pronunciarse. Después de la audiencia en la Corte (de marzo pasado) nos citaron nuevamente al personero y a mí para reiniciar la consulta. Llegamos y no habían revisado la propuesta. Después nos hicieron unas observaciones. Y, desde entonces, han sido observaciones más observaciones y no hay ningún avance frente al tema. Estos últimos días han estado más pendientes: nos enviaron una convocatoria para ultimar detalles y arrancar, pero hasta ahora, este tiempo, para nosotros es una dilatación. 

La fumigación ahora pasa a manos del Consejo Nacional de Estupefacientes...

La primera orden nos daba tranquilidad. Ya esta segunda nos pone un poco nerviosos y a la expectativa porque podemos dar por hecho que ellos van a dar el "sí" a la fumigación, pero Dios quiera que no sea así. Nos causa bastante preocupación dónde está quedando la última decisión. 

Luego de esta decisión de la Corte, ¿alguien del Gobierno se ha puesto en contacto con ustedes? 

Nadie. Hasta el momento no ha habido pronunciamiento alguno, no nos han llamado, nada. No ha habido comunicación.

Esta nueva decisión dice que el Gobierno también debe cumplir el punto cuatro del Acuerdo de Paz, que incluye el tema del programa de sustitución de cultivos (PNIS), ¿hay familias en Nóvita en ese plan de sustitución?

No las hay. En un momento se nos hizo una visita, aunque no fue ni siquiera a Nóvita, fue en un municipio vecino en donde hubo la reunión y me invitaron. Les pedimos que se extendiera hasta Nóvita y dijeron que estaban estudiando la posibilidad porque no estaba dentro del programa. Luego tuvimos una visita de otra organización llamada Coccam, tuvimos varias reuniones. 

Nos manifestaron todos los requisitos y la comunidad estaba muy entusiasmada porque nos dieron a conocer en qué consistía. Nosotros nos dimos a la tarea de recolectar la información: que el que tuviera de la mata nos dijera qué cantidad de hectáreas sembradas, cuántas personas se beneficiaban, para tener esa información. Todo el mundo entusiasmado y esperando a participar allí.

O sea que, si el Gobierno les permitiera entrar al PNIS, ustedes dejarían la coca... 

Sí, yo pensaría que sí. La gente la dejaría, pero que sea una política bien estructurada, que garantice un ingreso que les sirva a las personas para que sus hijos estudien, para tener una buena salud, proyectos productivos, infraestructura. La gente acá es consciente de que la coca no es la mejor opción y saben todos los problemas que hay alrededor del cultivo, pero no hay otra opción, no hay otra alternativa. 

El Gobierno ha insistido en que la situación de inseguridad en muchos territorios mejorará con la erradicación de cultivos, porque las organizaciones criminales y los grupos armados se van a quedar sin sustento al no tener coca. ¿Qué opina de esa postura? 

Yo soy contrario a eso y, para mí, eso es una farsa. Hay zonas donde no hay coca y hay inseguridad y hay actores armados. Incluso en la misma ciudad. En Bogotá todos los días pasan noticias y allá no hay coca. Entonces, el tema no es la coca, es la falta de oportunidades.

A mí en la Corte me dolió cuando el presidente tildaba de terroristas y de criminales a los campesinos que cultivaban la coca y a los que ejercen la minería supuestamente ilegal (más bien informal). A mí eso me dolió porque uno que vive en la zona sabe que no son criminales. Acá, la gente hace lo que hace porque no tiene otra alternativa. La coca no es cultura del negro. 

Ahora que la Corte le ordena al Gobierno avanzar en la consulta previa y pide acompañamiento de la Defensoría y de la Procuraduría para el tema, ¿cómo se imagina esas negociaciones?

Bastante difícil porque lo que se ve es que las entidades no están dispuestas a cumplir las exigencias de las comunidades planteadas en el plan de cumplimiento. Desde ya, están manifestando que no tienen recursos para cumplir las exigencias y que, si vamos a exigir algo, que sea muy leve porque no tienen los recursos y que, si exigimos mucho, no va a ser cumplido porque no está al alcance. 

En el Chocó, en toda las elecciones votamos por los mandatarios a nivel nacional, pero nunca tenemos ningún reconocimiento. Por eso yo en la Corte invité al presidente para que fuera a Nóvita, no a pasear, pero sí a que viera las condiciones de vida, para que escuchara a las comunidades y les preguntara por qué estaban cultivando coca. 

¿Qué le respondió el presidente después de esa invitación? ¿Alguien del gobierno se puso en contacto con usted?

Como cada uno hacía su intervención y no había réplica. Él públicamente no lo hizo, pero cuando se fue a salir del recinto, se me acercó, me dijo que nos veíamos en Nóvita, yo le dije que ojalá fuera cierto. Me dijo: "Voy a ir". Se remangó el saco y me manifestó: "Yo quiero al Chocó y se lo voy a demostrar". Me mostró una manilla que decía "Chocó", y me dijo: "Allá nos vemos en Nóvita. Eso lo voy a cumplir". No ha habido respuestas. No ha vuelto a comunicarse. No ha dicho en qué fecha viene o si lo va a cumplir. 

Por Redacción Judicial

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