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Luego de que el Ministerio de Salud acogiera un concepto de la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARS, por sus siglas en inglés) –en el que incluye al glifosato dentro de un listado de herbecidas probablemente cancerígenos para el ser humano– el Ministerio de Defensa advirtió que continuarán las fumigaciones con el químico hasta nueva orden.
De acuerdo con Juan Carlos Pinzón, jefe de esa cartera, se mantendrán las fumigaciones en el país hasta tanto se conozca una resolución firmada por el Consejo Nacional de Estupefacientes ordenando su suspensión definitiva.
“Tenemos que seguir hasta que el señor presidente tome alguna determinación, hay que hacerlo con la mayor efectividad posible. La erradicación manual ha tenido más riesgos porque nos encontramos en esos campos de coca minas y explosivos”, sostuvo Pinzón.
El ministro se declaró preocupado por el aumento de cultivos ilícitos en los departamentos de Norte de Santander y Putumayo, en donde se han suspendido las fumigaciones por diferentes motivos, reiterando que la erradicación manual ha puesto en peligro a los uniformados.
Este lunes, el Ministerio de Salud recomendó suspender la aspersión del químico para erradicar cultivos ilícitos en el país. A través de un documento enviado al Consejo Nacional de Estupefacientes –en el que el Ministerio sustenta su concepto– el jefe de la cartera de Salud, Alejandro Gaviria, asegura que la clasificación realizada por la IARS es una “advertencia insoslayable”.
“A pesar de la existencia de evidencia científica divergente, la calificación por parte de la IARS representa una advertencia insoslayable de posibles efectos adversos a la salud y por ende configura un escenario en el que, como mínimo, existe incertidumbre científica sobre los efectos nocivos del glifosato, condición suficiente para dar cumplimento al principio de precaución”, señala la misiva.
De acuerdo con el informe de IARC, el glifosato podría estar relacionado con la aparición de un cáncer conocido como Linfoma de No-Hodgkin. Experimentos en animales también sugieren que el glifosato, uno de los herbicidas más vendidos en el mundo, está relacionado con la probabilidad de generar otros tipos de tumores en piel, riñón y páncreas.
En Colombia, desde el año 2000, el glifosato se convirtió en una de las armas en la guerra contra el narcotráfico y se calcula que han sido fumigadas 1,5 millones de hectáreas de cultivos ilícitos. No poco dinero se invirtió en esta tarea. Entre 2000 y 2010, el Gobierno colombiano desembolsó US$668 millones anuales para combatir la producción de estupefacientes. Algo así como el 1% del PIB nacional.