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En la noche del pasado viernes recuperó su libertad el sacerdote manizaleño Pedro Pablo Reinoso Marín, quien fue condenado a 14 años de prisión por los delitos de rebelión y desplazamiento forzado después de establecer sus nexos con el Frente 47 de las Farc.
En la decisión emitida por un juez especializado de Manizales se determinó que el prelado tenía comunicación directa con los comandantes del grupo guerrillero en el corregimiento de Florencia, municipio de Samaná (Caldas). (Ver Detienen a un sacerdote por presuntos nexos con las Farc)
Igualmente fue hallado responsable de ser el determinador del desplazamiento forzado del docente Gerardo Molina Granada del corregimiento, luego que éste denunciara las actividades ilegales del sacerdote y de los guerrilleros. Reinoso también habría ayudado con el transporte de armas, munición y ocultamiento de guerrilleros.
En el juicio, el padre aseguró que su relación las Farc tenía como único propósito la búsqueda de la paz en la región. Sin embargo, el despacho judicial el dio más validez a las pruebas presentadas por la Fiscalía General entre las que se encontraban las declaraciones de dos guerrilleros del Frente 43.
Los subversivos, identificados con los alias de ‘El Zorro’ y ‘El Zarco’ dieron detalles sobre la relación del entonces procesado con el grupo armado ilegal. Además de utilizar el carro de la Parroquia para trasladarles las armas y las municiones. Reinoso, quien era conocido con el sobrenombre de 'Pedro Plata' también les prestaba la casa cural para que pernoctaran.
El comandante del Batallón del Ejército, coronel Abner Restrepo Jiménez aseguró que en una oportunidad un menor de edad que desertó de las Farc les pidió que no lo dejaran en la casa cural puesto que era conocida por todos en el grupo guerrillero la relación que tenía el sacerdote.
Según RCN Radio, Reinoso Marín se acogió a los beneficios de la Justicia Especial para la Paz que contempla, entre otros aspectos, confesar toda la verdad sobre sus actos ilícitos. El sacerdote se encontraba en la cárcel de varones de Manizales desde marzo de 2012.
Fue capturado en noviembre de 2011 cuando se desempeñaba como párroco en Maltería y daba clases en la institución educativa del mismo sector a donde había sido trasladado por la Arquidiócesis de Manizales. Dos meses después recobró su libertad después de que resolviera un recurso de apelación.