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Como varios expertos lo han venido anunciando desde hace años parece que existe una estrecha relación entre la deforestación y el conflicto armado colombiano. Sus sospechas las confirmó el Departamento Nacional de Planeación (DNP) que, en medio de la cumbre del clima de París y del lanzamiento de la iniciativa Colombia Sostenible, mostró en números cuál es esa proporción: más de la mitad de la tala en el país ocurre en lugares afectados por la guerra.
“El 58% de la deforestación en Colombia ha ocurrido en municipios de conflicto. En los últimos 25 años en Colombia se han deforestado 5 millones de hectáreas, de las cuales 3 millones están en municipios de conflicto armado”, señaló Simón Gaviria, director del DNP.
Al parecer, el cultivo de coca es uno de los factores que más ha contribuido a que se disparen las cifras de tala. Se calcula que por cada hectárea que se siembre de aquella planta, se deben deforestar 1,7 hectáreas de bosque. Y anualmente, como lo muestra el DNP, se siembran unas 74.687 ha de coca en Colombia.
De hecho, la concurrencia de estos cultivos y deforestación pasó de 53% a 95% entre 2010 y 2013. Y unos de los más afectados han sido los territorios de Parques Naturales. El 42% tiene algunas de estas siembras.
Además, en aquellos municipios donde hay una alta densidad de conflicto también se presentan unas problemáticas que implican un gran reto ahora que Colombia tratará de frenar la deforestación (al menos en la Amazonía), como lo anunció el presidente Santos ayer. Que el 46% de la sobreutilización del suelo esté en municipios de conflicto y que el 50% de ellos ya hayan sido afectados por la minería ilegal, son otros dos desafíos que el país tendrá que superar si quiere mejorar los índices ambientales.