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Las cartas que desde las montañas del Caquetá redactan los guerrilleros de las Farc

Quienes han vivido la guerra desde las trincheras, en el monte y en una de las facciones más combativas de las Farc–la Columna Móvil Teófilo Forero– escribieron para Recpsur sobre su historia personal y del fin de la guerra.

Recpsur Caquetá
17 de agosto de 2016 - 02:30 a. m.
Recpsur Caquetá
Recpsur Caquetá

“Si en algún momento llegan a leer esto que escribí de mi vida, que sirva para la reconciliación en la Colombia amada mía, que la memoria dignifique nuestra lucha y ante todo disculpen los tachones, la letra tan enredada y la mala ortografía”. El anterior fragmento lo escribió Alfredo, o tal vez Alex o Duván; de pronto lo escribió el 322 o Jhojan, Anderson, como lo llaman también. La frase la pudo haber escrito Chispiro o Edwin, como le dicen los martes y dependiendo del lugar de la misión Hérmison o Nilson. Él es un guerrillero de la Columna Móvil Teófilo Forero de las Farc, con más de treinta años de estar combatiendo en las montañas del Caquetá.

“De todo lo que se ha dicho acerca de ‘la teófilo’, falta una cosa”, aseguró el guerrillero.

¿De qué se trata?

“De la historia de cada uno de nosotros, de dónde venimos, de todo lo que nos ha tocado pasar porque también somos colombianos. También de cómo hoy día, 52  años después, se puede ver el interés de acabar el conflicto y darnos esa participación política que nos había sido negada. Años después del nacimiento de esta muchachada que su legalidad en acción fue cerrada desatando la confrontación armada se abren las puertas para poder volver a la lucha sin ser satanizada, con un proceso que da para que estas páginas pueda pensar, apoyo el proceso de paz como solución política y como paso importante  en la revolución social”, respondió el guerrillero de la Teófilo.

Con Alex, Duván, Jhojan, Anderson, Chispiro, Edwin, Hérmison o Nilson, más guerrilleros de la Columna Móvil Teófilo Forero de las Farc-ep, decidieron hablar sobre su historia personal y sus esperanzas con lo que será el fin de la guerra definitiva en Colombia. Todos coinciden en que su historia es parecida, de desarraigo y lucha, y quieren cambiarla pero desde la actividad política.

‘Alfredo’

Alfredo, como lo han llamado desde que ingresó a las filas guerrilleras desde los 15 años, relató cómo ha sido su experiencia.

“Mi primer fugete (sic) fue un carro. Un momento alegre era cuando pasábamos en familia. Cuando pequeño soñaba ayudarles a mi mamá y a mi papá hoy siendo grande sueño con apoyar a la organización. El motivo de yo haber ingresado fue por falta de garantías para el estudio y por el sufrimiento que teníamos en la casa. Cuando yo ingresé tenía 15 años. Mi primer susto fue un bombardeo y se me quedaron botada las botas. Yo pienso en el proceso de paz que es muy bueno para el país colombiano. En el papel que yo estoy desarrollando  como guerrillero es ayudar en lo que esté en mi alcance. Mi primer sueldo que a mí me pagaron fue raspando coca”.

‘Álex’

Por su parte, Álex, quien atento escuchó a sus compañeros y los siguió en la escritura, a puño y letra, de las cartas que escribieron para que la sociedad colombiana conociera de su historia, relató como a su padre lo asesinaron los paramilitares del Llano.

“El día que más recuerdo fue cuando nos reunimos toda la familia de mi madre, que en ese entonces estaban todos vivos todos ellos eran 12 hermanos. Lo más importante en mi vida es mi madre y mis tres hermanos que me quedan vivos, porque el mayor me lo mataron los paracos en el Puerto Lleras. Mi primer mascota fue un tente que me dio un tío y lo llamaba “Champo”. Estudié hasta segundo de primaria, no seguí estudiando porque me gustaba la vaquería en las sabanas, era el trabajo en las sabanas. Mi primer sueldo fue de vaquero en la hacienda El Recreo. Yo tenía más de 17 años cuando me incorporé las filas de las FARC”.

‘Duván Izquierdo’

Para Duván Izquierdo, el único recuerdo amargo ha sido el de su padre que ya no está.

“Mi primer amor se llamaba Patricia e ingresé a los 13 en Rovira el Pato y llevo dos años y medio y lo más duro fue cuando me dijeron que mi papa ya no estaba en las FARC, que lo había matado el enemigo. De resto me ha parecido fácil y los recuerdos amargos son cuando me acuerdo de mi padre, porque ya no está presente y recuerdos bonitos son cuando mi papá estaba vivo y yo lo podía mirar. Lo que pienso en cuando llega la noche es el futuro y del proceso de paz, pues que es más importante para los y las colombianas”.

“No ha sido fácil”

Entre tanto, un guerrillero cuyo nombre podría ser cualquiera, dependiendo del lugar y las circunstancias, consideró que la guerra no ha sido fácil para la Teófilo.

“Lo más difícil en las Farc me ha parecido la persecución a gran escala por parte del Estado, en donde no solo hemos enfrentado al Estado colombiano sino también al imperio más grande del mundo que son los EEUU que han utilizado la tecnología de punta más moderna contra nosotros”.

‘Morales’

Para Morales, otro guerrillero de base de la Teófilo, el anhelo es que después de la guerra haya oportunidades para todos y todas.

“Pienso en las noches con mirar un mundo nuevo con muchas oportunidades para todos, para aquellos que no han tenido oportunidades y que no haiga más pobreza. En el proceso de paz pienso que es algo que anhelamos todos los colombianos porque es algo importante para toda la sociedad. El papel que jugamos de guerrilleros de base algo importante porque todos nosotros respaldamos el proceso de paz”.

“La guerra no trae sino miseria”

Entre tanto, otro guerrillero, cuyo nombre es guerrillero de la Columna Móvil Teófilo Forero, criticó a quienes siguen pidiendo la guerra.

“Nací en 1975 en un pueblo del Tolima llamado Planadas cuando tenía apenas unos nueve meses mis padres viajaron al Caquetá con toda la familia, mis tíos y mis abuelos. Sobre el proceso de paz pues ojala que se dé algo bueno, pues la guerra no trae sino miseria, la guerra es buena para los que viven de ella, pero los que estamos dentro de ella eso no es nada bueno, en asaltos no he caído, he caído en emboscadas varias veces, salir y tener que pasar por encima del compañero que venía detrás de uno es muy duro porque uno aprende a apreciar los compañeros como si fueran de la misma familia. He estado en varios bombardeos pero cuando han caído en el campamento ya nos hemos salido entonces las he sentido por ahí a 50 o 10 metros de distancia y bombardeaban y de una vez desembarcaban y nos salíamos por ahí por el lado con cuidado y listo”.

“Me gustaba jugar X-Box”

Finalmente, para un guerrillero cuya identificación fue la de ser cartagenero del Chairá, su historia es como la de cualquier joven de la zona rural más apartada.

“Nací el 29 de mayo de 1999 en Cartagena, Caquetá, zona rural. Nosotros éramos 8 pero a mí me crió mi abuelita. Yo lo que más recuerdo y pienso de mi familia es su estrato y es por ellos que vivo en esta lucha. Como todo niño de pequeño ante todo, las golosinas, pero mi nutrición alimenticia era  nivelada. Me gustaba jugar ajedrez, naipe y Xbox, mi primer juguete no lo recuerdo. Mi recuerdo alegre fue cuando me pasaron de tercer grado a quinto grado, con el que más me entendía era con un amigo del grado. Lo más importante era mi hermano, mi papa y  mi abuelita. Cuando era niño yo pensaba en ser un astrónomo o un médico. Mi primera mascota fue una serpiente verde, no le tenía nombre. Mi recuerdo más amargo fue cuando una muchacha me terminó”.

Así hablaron para Recpsur algunos guerrilleros de base de la Columna Móvil Teófilo Forero de las Farc-ep. Sus cartas son el testimonio de colombianos que así como decidieron en un momento dado emprender el camino de la guerra, hoy aceptan que ésta se acabe.
 

Por Recpsur Caquetá

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