El más reciente boletín epidemiológico del Instituto Nacional de Salud (INS) pone en evidencia que en lo corrido del año, más de cien niños han muerto en Colombia por desnutrición, nueve de estos fallecimientos se presentaron en la última semana. Los departamentos más afectados por la poca o mala alimentación en los menores de cinco años son La Guajira (26) y el Meta (10).
“El 50,5 % de los casos se registró en el sexo femenino; el 54,5 % en menores de un año. Por pertenencia étnica, 54 casos (el 53,5 %) se notificaron en indígenas, seis casos (el 5,9 %) en afrocolombiano y un caso (el 1,0 %) en ROM, gitano; el 41,6 % eran residentes del área rural dispersa, el 78,2 % pertenecían al régimen subsidiado, el 18,8 % no se encontraban afiliados al Sistema General de Seguridad Social en Salud”, consignó la entidad en su informe.
La situación de las comunidades indígenas no puede ser peor. Mientras en el norte de Colombia los niños mueren de hambre, en el Chocó una epidemia de paludismo amenaza la vida de 20 miembros de la comunidad Cumá y cobró la vida de un menor en los brazos de su madre este fin de semana.
Según el Tribunal Superior de Riohacha, hay una evidente violación de los derechos fundamentales de los menores, por lo que le ordenó al presidente, Juan Manuel Santos, tomar cartas sobre el asunto y activar un plan para atender la crisis humanitaria. Alimentos necesarios y acceso a agua potable son dos de los factores que debe solucionar el ejecutivo de manera inmediata.
Entre tanto, líderes indígenas pidieron presencia inmediata del Ministerio de Salud en Lloró (Chocó) donde dos decenas de personas presentan síntomas de paludismo y el mandatario local asegura no contar con las medicinas, ni el personal, suficiente para atender la emergencia.