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En 2014 el Comité Internacional de la Cruz Roja registró 815 presuntas infracciones al Derecho Internacional Humanitario en Colombia, 258 casos más que los reportados en 2013. Se trata de un preocupante aumento del 41% de acuerdo con las cifras presentadas en el informe publicado este jueves por el CICR. "Mientras los diálogos de paz entre la guerrilla de las Farc y el gobierno avanzaban en La Habana, el conflicto armado y otras formas de violencia siguieron poniendo a prueba a los colombianos", destacó el documento.
Según el el CICR, en 2014 se documentaron 56 muertes de civiles y personas protegidas por el DIH y se reportaron 655 casos de personas amenazadas, a las que el organismo humanitario brindó asistencia. Asimismo atendido 20 casos de desplazamientos masivos en el país, dos más que en 2013.
Sin embargo, el fenómeno que más preocupa al Comité es la desaparición que, señala, ha alcanzado niveles descomunales en Colombia. Y las cifras así lo demuestran: a diciembre de 2014 los organismos oficiales tenían registrados 100.316 casos de personas reportadas como desaparecidas, un aumento de 12% en tan solo un año. De esas personas, 72.544 seguían desaparecidas al cerrar 2014 (en 2013 la cifra era de 67.195), mientras que 4.288 aparecieron muertas.
Las zonas urbanas más afectadas por la violencia siguieron siendo -como en 2013- las ciudades de Buenaventura y Tumaco (sobre la costa Pacífica), además de Medellín.
El CICR en escenario de posconflicto
De acuerdo con el jefe de la delegación del CICR en Colombia, Christoph Harnisch, de lograrse un acuerdo final de paz entre el gobierno y las Farc, el organismo internacional seguirá vigente regulando -por ejemplo- "la detención de personas a raíz del conflicto y las obligaciones de las partes en la aclaración de casos de desaparición".
Harnisch señaló que en dicho escenario permanecerían varias problemáticas que preocupan al CICR tales como "la desaparición, la contaminación por armas y la separación de los menores de sus familias". Sin embargo, aseguró que el momento que vive Colombia es sin duda histórico pues “La disyuntiva de si vendrá o no el fin de la guerra y cuándo ha dado paso a la urgencia de imaginar, de dar forma, rostro y significado a la Colombia del fin del conflicto. Es ahí donde el punto de llegada, la anhelada firma de un acuerdo, es en realidad un punto de partida. Es una oportunidad para construir una sociedad que, tras cinco décadas de guerra, pueda volver a convivir. Pero es también un camino que se construye con múltiples significados”.