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Desestimular el uso de dinero en efectivo y acostumbrarse a la facilidad del pago electrónico o con datáfono, es un proceso que ha concentrado los esfuerzos de las entidades bancarias del mundo, por la practicidad y seguridad que supone para los usuarios. La tarea no ha sido fácil y aunque en los últimos años en Colombia se registra un crecimiento importante en esta práctica, la mayoría aún prefiere cargar papel moneda en sus bolsillos.
El uso de las tarjetas, sin embargo, va más allá de la comodidad y se enfoca, principalmente, en la seguridad financiera. Gustavo Adolfo Leaño Concha, presidente de Credibanco, señala que hay un número importante de clientes que quieren pagar de manera electrónica y la red de comercios asociada a este tipo de pagos ya debe estar bordeando los 265 mil puntos de transacción, un cifra que habla bien de la bancarización y la digitalización del dinero.
“Las transacciones de punto de venta o presenciales (datáfono) han crecido en 10 %, mientras que el comercio electrónico (internet) lo hizo en 80 %. Comparado con otros mercados de la región, esta participación es pequeña sobre el total de transacciones, pero las tasas confirman que cada vez son más los colombianos que entienden las ventajas del comercio electrónico”, resaltó Leaño Concha, quien recalcó la importancia del uso seguro de las tarjetas.
En Colombia hay actualmente más de 24 millones de tarjetas débito y unos 14 millones de tarjetas de crédito, la mayoría con tecnología capaz de minimizar el riesgo de fraude y brindarle al usuario la tranquilidad de que su dinero está seguro. Sin embargo, por más mecanismos que existan para combatir a los delincuentes, el principal responsable de la seguridad de los productos siempre será el dueño.
Uno de los grandes miedos de los tarjetahabientes es la clonación, el delito más común, mediante el cual se duplica la información de la tarjeta para crear una copia y usarla para retirar efectivo desde los cajeros o realizar compras. Como un parte de tranquilidad, las entidades bancarias, empresas de tarjetas de crédito y compañías prestadoras de servicios de pago han informado que las cifras de este modus operandi han decrecido significativamente desde la aparición de las tarjetas con chip.
“El fraude del punto de venta se paró por la inclusión del chip, añade el presidente de Credibanco. La clonación de tarjetas prácticamente no existe, pero es muy importante que los usuarios no la pierdan de vista cuando la usan en algún local comercial. Lo primero es la prevención”.
María Camila Gómez, vicepresidenta de desarrollo de mercado de Mastercard para Colombia y Ecuador, explica que el 90 % de las transacciones todavía se realizan en efectivo, debido a que en el imaginario de muchas personas resulta más cómodo y económico este método de pago, cuando en realidad genera mayores costos para la sociedad y los comercios que, por ejemplo, deben pagarle a una empresa para transportar su efectivo y asumir el desembolso por seguridad.
Teniendo como meta la optimización de los pagos y la reducción del uso de efectivo, se busca que las herramientas electrónicas se empleen cada vez más en servicios complementarios como los desembolsos contra entrega, una opción que encuentra en el datáfono su mejor aliado.
Al respecto, Cleiva Aguilar, directora administrativa de ECK Cloud, afiliada a la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, señala que “hoy, andar con efectivo tiende a ser complicado para cualquier mensajero, por eso es importante considerar un datáfono que les permita a los clientes el pago electrónico y si se recibe efectivo que sean montos pequeños”.