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“En el camino de unidad en la diferencia y por invitación del expresidente y senador Uribe, mayo 6, Bogotá, asistiré a la convención del Centro Democrático”. Fue lo que escribió el exvicepresidente Angelino Garzón en su cuenta de Twitter el pasado martes, confirmando su presencia en la cumbre del uribismo de este sábado en Bogotá, en la que se espera se definan las reglas de juego para la escogencia del candidato a la Presidencia de 2018, se sumen otros nombres a la baraja de aspirantes e incluso se analicen las posibilidades de hacer alianzas.
Y precisamente, hablando de esos nuevos posibles candidatos, el rumor de que Angelino Garzón sea precandidato del Centro Democrático toma fuerza, así él mismo diga que su intención al estar en dicha convención es la de contribuir a la unidad en la diferencia y que no piensa meterse en el tema de candidaturas. En efecto, en recientes declaraciones a los medios de comunicación, ha hablado de la necesidad de trabajar por una coalición que incluya a la izquierda, los independientes y el mismo uribismo, apuntando a conformar un gobierno “que promueva la reconciliación nacional”. En su concepto, si cada quien va por su lado, así se pase a segunda vuelta, no ganará.
Ya en una carta pública del pasado 20 de abril, convocando a una reunión en Cali el 26 de enero del próximo año para tratar de consolidar dicha alianza, el exvicepresidente había planteado una “unidad en la diferencia” y había propuesto “trabajar de manera unitaria, flexible, buscando lo que nos une sin volvernos prisioneros de las diferencias”. De hecho, en el escrito se pone de frente en la orilla contraria a la del gobierno de Juan Manuel Santos, del que fue su vicepresidente en el primer mandato, al señalar que lo prioritario es el “diálogo constructivo entre los diversos sectores de la izquierda, los independientes y los del Centro Democrático, en cabeza del expresidente y senador Álvaro Uribe, ya que tienen en común que todos son oposición”.
Incluso dio nombres propios. Mencionó a Jorge Robledo, Gustavo Petro, Piedad Córdoba, Sergio Fajardo y Claudia López. Y enfatizó que hay que dejar atrás todos los miedos de coincidir en las diferencias, más allá de militancias o simpatías políticas, credos religiosos, estrato social, género, edad, color de piel u orientación sexual. “Juntos y escuchándonos recíprocamente podremos hacer realidad que otro país sea posible, ganando y gobernando juntos en la diversidad para bien de la gente, de la reconciliación y del progreso de Colombia”.
La verdad, una propuesta que suena utópica, pues así se diga que la política es dinámica, es impensable considerar que los líderes de la izquierda como los que menciona Angelino hagan coalición electoral con el uribismo. Según le dijo a Caracol Radio el representante a la Cámara Edward Rodríguez, del Centro Democrático, la llegada del exvicepresidente apunta a quitarles el estigma que el Gobierno ha querido imponerles de ser un partido de extrema derecha y enemigo de la paz: “Somos centro y lo hemos demostrado”, dijo.
Muchos ven incongruente el que Angelino Garzón, quien fuera vicepresidente de la Unión Patriótica, militó en el Partido Comunista y fue secretario de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), esté en las huestes uribistas, pero bien se puede decir también que nunca se fue de ellas. Hay que recordar que fue embajador de Uribe ante la ONU, que su hija Ángela es hoy concejal de Bogotá por el Centro Democrático y que, siendo vicepresidente de Santos en su primer mandato, fueron más las diferencias que las coincidencias.
Por cierto, cuando Santos arrancó su segundo período en 2014 y dijo “ahora sí vamos a tener vicepresidente”, refiriéndose a Germán Vargas Lleras, esas palabras fueron una “herida en el alma” para Angelino Garzón, como él mismo lo confesó en una entrevista posterior con Vicky Dávila. Por eso, si en algún momento se llegó a pensar que podría ser el puente entre santismo y uribismo para buscar puntos de acuerdo frente a temas sensibles como el de la paz, esa posibilidad, parece, está cerrada.