A buscar nuevos consensos para reformar la política

El Gobierno reconoció que el proyecto en discusión ya no contenía el espíritu inicial con el que fue radicado y decidió que se hundiera.

-Redacción Política
09 de mayo de 2019 - 03:00 a. m.
Según la ministra Gutiérrez, la Reforma Política perdió su razón de ser. / Mauricio Alvarado - El Espectador
Según la ministra Gutiérrez, la Reforma Política perdió su razón de ser. / Mauricio Alvarado - El Espectador

El escenario fue prácticamente un déjà vu de lo que le tocó vivir al gobierno de Juan Manuel Santos en noviembre de 2017, cuando su ministro del Interior, Guillermo Rivera, hizo una sorprendente petición al Senado: que dejara hundir la reforma política que se estaba tramitando en ese momento. Y los argumentos retomados ayer por su sucesora, Nancy Patricia Gutiérrez, ahora bajo el mandato del presidente Iván Duque, parecerían también calcados. Del texto que se radicó originalmente al que fue transitando entre una cámara y otra, en la primera vuelta el año pasado, quedaban solo los restos, “por no decir el esqueleto”, como lo describió el senador Eduardo Enríquez Maya, presidente de la Comisión Primera.

La diferencia es que Santos ya se encontraba en el ocaso de su mandato y las relaciones con el Capitolio, como es costumbre, marcaban un notable deterioro. Duque, en cambio, apenas ha podido recibir unas escasas pruebas de lo que debería ser una luna de miel entre el Ejecutivo y el Legislativo en su primer año en la Casa de Nariño. En otras palabras, la gobernabilidad del mandatario se sigue yendo a pique y los partidos políticos se siguen encargando de recordárselo. ¿Qué ocurrió? La Comisión Primera del Senado fue citada este miércoles para votar la reforma política que había radicado su gobierno, pero lo que quedó en evidencia fue la falta de consenso a la hora de votar.

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La razón era evidente y es que, como se trataba de un acto legislativo —es decir, requiere de ocho debates, cuatro por cada período legislativo—, las dudas alrededor del corazón de la reforma, que eran las listas cerradas y la paridad de género, impidieron la concertación de posiciones, a tal punto que cuatro distintas ponencias fueron sometidas a discusión. Prácticamente, como lo reconocieron los propios congresistas, eran cuatro reformas políticas redactadas al libre albedrío de los senadores, modificando aspectos aprobados en la primera vuelta y planteando fuertes cuestionamientos sobre vicios de trámite. Y es que, como se recordará, esos dos puntos, que para el Gobierno eran centrales, fueron hundidos el año pasado y, según la ley, no podían revivirse en la nueva discusión.

“Ante las dudas constitucionales, mal haría el Gobierno en insistirle al Congreso en aprobar una reforma que puede sufrir una demanda o un traspié en la Corte Constitucional. Aceptando esa realidad, el Gobierno no insistirá en la reforma política, pues ya no tiene razón de ser. El país está esperando una reforma contundente, y que solamente lleve dos o tres artículos, sin mayores posibilidades de transformar la política, no merece la pena continuar su trámite”, reconoció la ministra Gutiérrez, quien, dándose cuenta de que los tiempos eran muy cortos para una discusión y la posterior votación de la iniciativa, pidió que la norma se hundiera.

Lo ocurrido ayer, sin duda, implica un nuevo golpe para el Centro Democrático y para el gobierno Duque, porque la realidad es que si el uribismo logró escasamente los 12 votos que se requerían para salvar la ponencia radicada por el senador Santiago Valencia, fue gracias al voto de última hora del legislador de la U Roosevelt Rodríguez. El escaso quórum se debió a la protesta de Cambio Radical, los liberales, la misma U y la bancada alternativa, que se salieron del recinto porque consideraban que seguir la discusión alrededor de una reforma superflua era, sencillamente, perder el tiempo. “No tenía sentido gastar tiempo en cosas que ya no tienen ninguna posibilidad jurídica de existir”, insistió el senador Temístocles Ortega, de Cambio Radical.

Sin embargo, la ira dominó el discurso de la senadora Paloma Valencia, quien no dudó en calificar a los ausentes de “falsos profetas”, señalando directamente a su colega, Roy Barreras, tras encararle su falta de apoyo a la reforma política radicada por el Ejecutivo. “Que el país se dé cuenta de quiénes son, y que cuando llega la hora de las votaciones deciden retirarse”, dijo la congresista uribista. El camino ahora es, según dijo la ministra Gutiérrez, convocar a un nuevo acuerdo con todos los partidos para radicar otra reforma política. Mientras tanto anunció que se apoyará la reforma electoral del partido MIRA, la cual será radicada el 20 de julio.

Por -Redacción Política

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