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“Lo primero que quisiera decirles es: muchas gracias por estar aquí, muchas gracias por existir. No se imaginan lo emocionado que estoy en este momento y lo que significa esta adhesión, este respaldo que estoy recibiendo de ustedes”. Con estas palabras, el presidente Juan Manuel Santos saludó, el jueves pasado en un acto oficial en su sede de campaña en Bogotá, a los dirigentes del Partido Verde que adhirieron a la búsqueda de su reelección, quienes estuvieron liderados por Luis Eduardo Garzón y Alfonso Prada.
En un breve discurso, el primer mandatario señaló que la razón de dicho respaldo obedece a que el Partido Verde se identifica con sus ideales y sus propósitos: “Lo que hoy ustedes están haciendo significa muchísimo para mí: que la Ola Verde, la verdadera Ola Verde, la que casi me ahoga, estuvo a punto, me pegó uno que otro revolcón, esté aquí diciéndome: trabajemos juntos por esos propósitos que nos deben unir a todos los colombianos, porque la paz no es de Juan Manuel Santos, la paz no es del Partido Verde, la paz es de Colombia”, agregó Santos.
Una adhesión que, como era de esperarse, generó duras reacciones en las toldas de la hoy llamada Alianza Verde –la colectividad surgida de la coalición entre el Partido Verde y el movimiento Progresistas--, que cuenta con candidato presidencial propio: Enrique Peñalosa. De hecho, para la senadora electa Claudia López, de lo que se trata es de un “refrito clientelista” de Garzón y Prada, quienes “ya no representan nada”. Y para la representante a la Cámara Ángela María Robledo, aquellos que se fueron con Santos “deben ser verdes desteñidos o santistas teñidos de verde”, porque “la verdad no creo que tengan ninguna representación”.
Lo cierto es que Santos dijo también que se reunió con diputados, concejales, ediles, candidatos a diferentes posiciones, representantes de los jóvenes, de las mujeres, afrodescendientes, y de todos los estamentos de la sociedad que están unidos en torno a lo que el Partido Verde representa. Y recalcó: “El verdadero Partido Verde, que está aquí presente, es un ejemplo para el país. Por eso para mí es un gran honor que ustedes estén aquí ofreciendo su colaboración, su ayuda, en este proyecto tan importante en el que estamos comprometidos”.
Algo similar sucedió hace algunas semanas con los conservadores. Como bien es sabido, tras la escogencia en la convención de esa colectividad de Marta Lucía Ramírez como su ficha presidencial, se comenzó a hablar de una división interna entre quienes comulgaban con la reelección del jefe de Estado y quienes creían que había que tener candidato propio. Incluso se llegó a hablar de la creación de un movimiento de nombre “Conservadores con Santos” y aún se escuchan rumores en el sentido de que se estaría buscando una fórmula jurídica para que aquellos dirigentes azules que quieran apoyar a Santos lo hagan sin caer en doble militancia.
Para Antonio Sanguino, concejal de Bogotá y hoy copresidente de la Alianza Verde, es “lamentable” que el mismo presidente de la República sea quien esté “promoviendo la doble militancia en otros partidos”. De paso, desautorizó a cualquier militante de la colectividad a apoyar la campaña reeleccionista. ¿Y Lucho Garzón? Para Sanguino hace rato dejó de ser verde cuando se fue a trabajar con el Gobierno.
A su vez, el presidente del Directorio Nacional Conservador, Ómar Yepes, ha advertido que aquellos que se vayan a apoyar a Santos serán investigados por los organismos de control de la colectividad y recibirán las sanciones correspondientes, que en el caso de los congresistas, concejales y diputados, podría ser la pérdida de sus curules. De hecho, los conservadores tienen identificado a quien, dicen, es el que está promoviendo la disidencia: “Mala cosa, mal mensaje, pésimo ejemplo para la política colombiana y el Partido Conservador, la conducta que asume el doctor Juan Gabriel Uribe, al invitar a los conservadores y congresistas a que se aparten de lo dispuesto por la máxima jerarquía del Partido, su Convención Nacional, para invitar a votar por una candidatura distinta a la de Marta Lucía Ramírez”, expresó Yepes.
Es el actual escenario de cara a las presidenciales y desde ya hay quienes creen que la estrategia de la campaña reeleccionista apunta a “divide y vencerás”. Lo claro es que tanto en los verdes como en el conservatismo hay sectores que apoyan al presidente Santos y están convencidos de que su continuidad es necesaria en aras de la paz. Y es ahí donde surgen precisamente los duros cuestionamientos de los opositores al Gobierno –incluido el uribismo— que hablan de la tal “mermelada”, refiriéndose a los supuestos beneficios en puestos o en recursos para obras regionales para aquellos congresistas que están con el santismo. Para el jefe de Estado, en cambio, se trata de trabajar por objetivos comunes y para construir un país mejor. Que la ciudadanía juzgue.