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El empresario de la paz con las Farc

Es oriundo de Génova (Quindío) y está claro que la información divulgada por Daniel Coronell no fue con su autorización.

Hugo García Segura
15 de octubre de 2014 - 04:25 a. m.
Henry Acosta Patiño no sólo fue el enlace con las Farc en el gobierno Uribe, sino también en el de Santos.  / Cortesía  ‘El Pueblo’
Henry Acosta Patiño no sólo fue el enlace con las Farc en el gobierno Uribe, sino también en el de Santos. / Cortesía ‘El Pueblo’

¿Quién es Henry Acosta Patiño, el empresario que sirvió de enlace entre las Farc y el gobierno de Álvaro Uribe, en un principio, y luego con el de Juan Manuel Santos, en la exploración para iniciar un proceso de paz con esa guerrilla? Según Daniel Coronell —en su columna de la revista Semana del domingo 5 de octubre: “El enlace secreto entre Uribe y Catatumbo” se trata de “un economista que ha sido funcionario público, presidente de fundaciones y tiene acceso privilegiado a frentes de la guerrilla que operan en la cordillera Central de Colombia”.

En la carta que el excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo le envió a Coronell, después de dicha columna en la que reveló cómo el gobierno Uribe hizo esos primeros contactos con las Farc, cuenta que lo conoció por intermedio del senador Carlos Barragán, uno de cuyos hijos estaba secuestrado. Y lo describe como “un economista experto en proyectos de desarrollo social y economía campesina, que hizo parte del gabinete del gobernador Angelino Garzón”. En efecto, y lo ratificó el mismo exvicepresidente, Acosta Patiño fue consejero de paz cuando él estuvo al frente de la Gobernación del Valle.

Lo cierto es que además de empresario, en Cali se le conoce por haber desempeñado algunos cargos públicos y privados. Estuvo al frente de la Cooperativa Cafetera del Valle del Cauca (Cencoa) y fue también gerente de empalme para la gobernación de Héctor Useche. Asimismo, durante dos años se desempeñó como director de la Fundación Coomeva, fue secretario de Desarrollo Comunitario de Cali en 1989 (en la administración de Carlos Holmes Trujillo García) y, en los últimos años, ha trabajado en su propia empresa de consultoría. Por cierto, hizo en la Universidad Javeriana de Cali una especialización en cultura de paz y derecho internacional humanitario.

En una entrevista ayer con Blu Radio, el director del semanario Voz, Carlos Lozano, contó que Henry Acosta Patiño tuvo una relación de juventud, como compañeros de estudio, con el comandante del bloque Occidental de las Farc, Pablo Catatumbo, la cual sirvió para hacer los contactos iniciales con el gobierno Uribe en la búsqueda de acercamientos para un diálogo de paz, incluyendo la eventualidad de un despeje, que no fructificó. Contactos que se mantuvieron cuando llegó Santos —en los que siempre intervinieron Frank Pearl, Sergio Jaramillo y Alejandro Éder— y que finalmente terminaron en el actual proceso de negociaciones de La Habana. Otra versión conocida por El Espectador habla de una retención por parte de la guerrilla, a partir de la cual se habría desarrollado esa cercanía entre Acosta Patiño y Pablo Catatumbo.

“No sé si Henry, siempre tan discreto, autorizó a Coronell a divulgarlo o si se trató de una filtración de la Casa de Nariño. Pero la labor facilitadora salió del clóset. En este sentido, y más que por el afán chivoso, el de reivindicar la persistente y silenciosa labor de Henry Acosta en favor de la paz, descubierta su identidad, sintiéndome liberado de mi compromiso de confidencialidad y secreto, destaco la gestión eficaz que realizó hace cuatro años para que se abrieran paso los diálogos de La Habana y que no se detuvieran a pesar de la muerte a mansalva de Alfonso Cano. Es un hombre de paz”, escribió Carlos Lozano en Voz.

Según conoció El Espectador, la tesis de que todo lo divulgado por Daniel Coronell tenga la autorización de Acosta Patiño no parece ser la más cierta, pues en conversaciones con algunos de sus amigos, éste les habría expresado su preocupación por la filtración e incluso les habría dicho que ya habló con el periodista, pero que no le había querido contar quién fue su fuente. Y ante el nuevo escenario para su vida personal y la de su familia, en estos momentos estaba cuidándose “de los medios de comunicación y de los enemigos de la paz”.

La otra posibilidad que plantea Carlos Lozano es la filtración desde la misma Casa de Nariño, pero habría que considerar que no es lógico que el mismo Gobierno quiera perjudicar a quien ha sido su aliado en la empresa de la paz en que se encuentra empeñado. Aunque también es cierto que la orden del presidente Santos a sus ministros, de mantener la máxima confidencialidad sobre los diálogos de paz, bien podría tomarse como una señal de malestar por este tipo de filtraciones y un ‘jalón’ de orejas a sus más cercanos colaboradores.

Por ahora, este diario también supo que Henry Acosta Patiño —quien es oriundo de Génova (Quindío), pero ha desarrollado su vida empresarial en el Valle del Cauca— les ha dicho a sus amigos que todo lo que relata Daniel Coronell en sus dos columnas —incluyendo la del domingo pasado, titulada “Y traque, Mandrake”— es cierto, pero que de todas maneras ha sido “jarto” para él y para su esposa, Julieta López Valencia. Además, considera que no ha habido nada ilegal y que todo se enmarca en los intentos que hizo Álvaro Uribe en su gobierno para buscar la paz con las Farc.

Para el empresario, el objetivo del hoy exmandatario y de su entonces comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, apuntaba a lograr la desmovilización armada de paramilitares y subversión. En la red social de Twitter, Acosta Patiño aparece con el seudónimo de ‘Brendon’ y ayer retuiteó un trino del exvicepresidente Angelino Garzón que dice: “Me preocupa la integridad física de Henry Acosta, persona que ha colaborado en la búsqueda de la paz en los gobiernos de Uribe y Santos”.

Incluso, en su cuenta también se remite a mensajes de Uribe, como uno del pasado 6 de octubre: “Henry Acosta fue uno de tantos colombianos de buena fe que autorizamos como facilitador” y otro que hace pensar que la información divulgada nunca tuvo su autorización. Se trata de un trino del exmandatario del 13 de octubre contra Daniel Coronell que señala: “Periodista de mafia, tramposo como Santos, cree que también lo son Luis C. Restrepo y Henry, secretario de Desarrollo de Angelino en el Valle”.

Aunque igualmente se pueden leer otros mensajes retuiteados contra el exmandatario, como uno en el que hay una foto de Uribe con el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, acompañado del escrito: “El primer castrochavista que ha tenido Colombia”. Y uno a favor del proceso de paz, del pasado 28 de septiembre: “No sólo es lograr el fin del conflicto; es lograr la paz con todos. A ello vamos a llegar. Los del CD (Centro Democrático) buscan los contratos de la guerra”. Y, por supuesto, muchos retomando frases de los pronunciamientos del presidente Santos sobre los diálogos con las Farc.

Sea como sea, aún son varias las dudas en torno a este episodio sobre el mediador entre el gobierno Uribe y las Farc, quien luego habría servido de puente también con el gobierno Santos para sentarse a hablar de paz. Están, por ejemplo, los contratos que en el gobierno de Álvaro Uribe se le habrían entregado a la empresa Consoeco, de propiedad de Henry Acosta Patiño y su esposa, para “lograr el aumento de la producción agropecuaria y facilitar condiciones para alcanzar la paz social en la zona de influencia de las Farc en la cordillera Central”, como revela Coronell en su columna del domingo pasado.

Y está, por supuesto, el embrollo político con tintes judiciales, pues el uribismo, si bien no niega nada de lo revelado hasta ahora, insiste en denunciar que ha quedado en evidencia que tanto el expresidente Uribe como el excomisionado Restrepo estaban siendo interceptados ilegalmente y que eso es algo que la Fiscalía debe investigar. “Interceptaron mi teléfono y me acusan de haber ordenado interceptar. Combatimos de frente”, escribió el exmandatario el domingo pasado en su cuenta en Twitter.

A su vez, la representante a la Cámara Margarita Restrepo, del Centro Democrático, señaló que lo que se busca es “desviar la atención con unos contratos que se suscribieron con el facilitador Henry Acosta” y enfatizó que fue el gobierno de Uribe “el primero en la historia en adelantar una acción efectiva de presencia estatal en la cordillera vallecaucana”. Otros, como el senador Roy Barreras, de la U, creen que es un “acto de mezquindad” que el uribismo esté ahora en contra de la paz de Santos, cuando en el pasado buscó dialogar. Lo único claro es que en la ‘novela’ de Henry Acosta Patiño todavía queda mucho por contar.
 

 

hgarcia@elespectador.com

@hgarciasegura

 

Por Hugo García Segura

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