Dentro del Capitolio, han sido varios los pronunciamientos de los congresistas en rechazo sobre la grave situación de orden público en el Cauca. Para pasar del verbo a la acción, la representante de los Decentes, María José Pizarro, propuso a la plenaria de la Cámara sesionar en Santander de Quilichao para escuchar a la comunidad.
Este martes, con 92 votos, la plenaria de la Cámara baja aceptó la proposición, contando con apoyos de todos los sectores. Esta misma proposición se presentó en Senado que hasta hoy tuvo luz verde luego de un intenso debate de moción de censura al ministro de Defensa, Guillermo Botero.
Con 92 votos ha sido aprobada la proposición para que la #PlenariaCámara sesione el próximo martes 12 de noviembre en Santander de Quilichao municipio del Cauca.
— Cámara de Representantes de Colombia (@CamaraColombia) November 5, 2019
"Vamos a solicitar al ministro de Defensa que garantice el desplazamiento de los congresistas, en caso negativo tendremos que ver quiénes se meten mano al drill", dijo Pizarro.
En un principio, la propuesta nació desde la Comisión de Paz, pero la idea caló en toda la plenaria donde solamente se contaron cinco votos en contra. Por ahora, no hay agenda establecida porque se está resolviendo el tema de la movilización de la Cámara hasta la zona.
"Se propuso una delegación, dije que no tenía ningún sentido, la Comisión de Paz ya fue y después de un tiempo asesinaron a estos indígenas, a pesar de que lo habíamos advertido. Que vaya una delegación no tiene ningún sentido, aquí se trata de enviar un mensaje al país y que la sociedad sepa que tiene un Congreso a la altura de las circunstancias", apuntó la representante.
En la última semana, se reportaron dos masacres en el norte de Cauca. El balance fueron cinco indígenas y cuatro topógrafos asesinados. Igualmente, el pasado fin de semana la violencia no cesó en esa zona del departamento. Por lo menos tres ataques y un homicidio fue el informe que llegó desde las comunidades.
La respuesta del Gobierno fue ordenar la presencia de 2.500 uniformados más en el norte del Cauca, así como una serie de medidas de corte social para garantizar la presencia integral del Estado en un territorio que aún no ha podido ser testigo de la paz.