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El sigilo del primer día de la gira uribista

Si bien el expresidente Uribe se negó a dar pormenores de lo que fue su agenda, trascendió la reunión de las cabezas del Centro Democrático con tres representantes de extracción latina.

Redacción Política
12 de febrero de 2015 - 03:48 a. m.
El senador Álvaro Uribe Vélez en su reunión con el representante republicano Mario Diaz Balart. / Archivo particular
El senador Álvaro Uribe Vélez en su reunión con el representante republicano Mario Diaz Balart. / Archivo particular

Aunque todavía son inciertos los alcances de la agenda del expresidente Álvaro Uribe en Estados Unidos y México, en la política nacional su llegada a Washington no pasa inadvertida. Mientras en pocas horas los discursos de la Casa de Nariño respecto a la oposición cambiaron de un lenguaje duro a uno de reconciliación, el Centro Democrático busca consolidar sus críticas al proceso de paz y su tesis de que no tienen garantías para ejercer la oposición.

El silencio fue la norma de Uribe al comenzar su gira por la capital de EE.UU. Si bien se habló de algunas citas que tenía programadas con senadores y representantes, el Centro Democrático se abstuvo de publicar la agenda de su líder, pues no descartaron la posibilidad de que “saboteadores pagados a través de un contratista de la Casa de Nariño” organizaran manifestaciones en contra del expresidente, según declaró el senador Ernesto Macías.

Conforme avanzaron las horas, trascendió que muchos de los encuentros que estaban previamente acordados fueron cancelados, pues ayer, precisamente, el presidente norteamericano, Barack Obama, ocupó las agendas de republicanos y demócratas al pedir al Congreso que autorice la guerra contra el Estado Islámico.

Al final de la jornada, en una rueda de prensa en la que comparecieron el expresidente, el excandidato presidencial Óscar Iván Zuluaga, el representante a la Cámara Federico Hoyos y la senadora Paloma Valencia, el Centro Democrático sostuvo, después de que la Casa Blanca emitiera un comunicado afirmando que ninguno de sus funcionarios sostendría reuniones con Uribe, que, en ningún momento, su colectividad había solicitado cita alguna con el gobierno Obama.

También, en voz de Zuluaga, el Centro Democrático dijo que más allá de explicar sus críticas al proceso de paz y la supuesta falta de garantías democráticas, el objetivo central de la gira, que llegará a países como México y Alemania, es dar a conocer su partido e ideario ante la comunidad internacional.

El expresidente Uribe, al ser cuestionado por los periodistas colombianos por los encuentros que sostuvo durante el día, se negó a hablar de ellos. Tan sólo trascendió una reunión con los representantes Henry Cuéllar, Mario Días-Balart e Ileana Ros-Lehtinen, todos de extracción latina y, los dos últimos, críticos de los contactos entre la administración Obama y el gobierno de Raúl Castro en Cuba.

Entre tanto, en Colombia, en tan sólo 48 horas, el gobierno de Santos cambió diametralmente el discurso sobre la oposición. De llamar fascista al discurso del expresidente Uribe en un evento público, el presidente pasó a tender puentes de reconciliación con la oposición. “Cuando se dialoga se encuentran las soluciones”, fue la frase que utilizó el primer mandatario.

En los mentideros políticos se dice que en la Casa de Nariño saben que mientras esté el gobierno demócrata y se mantenga el apoyo del bipartidismo al proceso de paz el discurso del Centro Democrático no tendrá mayor calado. No obstante, la gira prendió alarmas.

Las mayorías parlamentarias de las que goza el Partido Republicano, y la posibilidad de que el próximo sea un gobierno de ese partido, hacen pensar que los cuestionamientos desde la derecha colombiana a la forma como se están conduciendo las negociaciones con la guerrilla podrían tomar oxígeno y reducir el margen de maniobra del gobierno Santos.

Por eso, el camino que se abriría ahora para la Unidad Nacional, según fuentes consultadas por este diario, es el de bajar el tono a la polarización que ha tomado ribetes hasta judiciales y buscar puentes de comunicación que bajen la espuma de la confrontación política. Por ahora, los efectos de la avanzada internacional del uribismo son más evidentes en el plano nacional que en el internacional.  

Por Redacción Política

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