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En una extensa misiva, el jefe de las Farc, Timoleón Jiménez, le exigió al jefe de Estado colombiano honrar la palabra empeñada en los acuerdos de La Habana y enumero una serie de hechos ocurridos en los últimos días para manifestar la sensación de incertidumbre que sienten los guerrilleros por cuenta de las últimas decisiones de la Corte Constitucional.
“La semana que termina deja un sabor amargo en las filas de las FARC-EP. Estamos próximos a celebrar los 53 años de nuestra fundación en Marquetalia, y el conjunto de nuestros integrantes, mandos y combatientes de base, tienen la certeza de que será la última conmemoración en armas del heroico alzamiento de Manuel Marulanda Vélez y los suyos en 1964”, inicia la carta.
Timochenko le explicó al presidente Santos que todos los integrantes de las Farc preparan la celebración de su fundación como guerrilla, que será el próximo 27 de mayo, y agrega: “La nostalgia enmarca los preparativos, se sabe bien que el próximo año ya no habrá campamentos, ni vida militar, ni convivencia guerrillera, que los homenajes y recordaciones tendrán lugar quizás dónde y en qué condiciones. Ya no será como guerrillas”.
A continuación, el jefe guerrillero señaló que trabajan con la certeza de dejar definitivamente las armas, tal y como se pactó. “Nadie puede decir sin rayar con la mentira y la calumnia, que hemos faltado de algún modo a nuestros compromisos. Pese a ello, sentimos llegar tiempos de incertidumbre. El gobierno nacional cumple demasiado lentamente su palabra. Los otros poderes titubean o actúan de modo sospechoso en relación con lo acordado”, añade.
De igual manera explicó que en el trascurso de la semana que termina, entregaron a funcionarios de la ONU y de la Armada Nacional una caleta que se encontraba en Nariño con 140 fusiles, cerca de 50 morteros y tres toneladas de municiones. Timochenko detalló que además se destruyó un vasto material explosivo, que contenía 1.500 barras de TNT, 150 timbas con 30 kilos de explosivo cada una, 23 cohetes anti aéreos, 35 granadas de 80mm, 200 de 40 mm y 40 de mano.
“Se comprende la tristeza con la que los guerrilleros encargados de esa tarea la llevaron a cabo, varios lloraron como niños. Tanto sacrificio, durante tanto tiempo, para conseguir, reunir y asegurar el valioso material que ahora ellos ponían en manos de la ONU. Su dolor se vio acompañado por la indignación en algunos momentos. Los de la ONU y la Armada Nacional obraban como si las Farc no contáramos en absoluto”, le informó a Santos.
En seguida, el máximo comandante insurgente lanza una fuerte crítica a los funcionarios de la ONU por ordenar que se aterrizará el helicóptero que iba a extraer las armas a dos kilómetros del lugar donde estaba escondido, y afirma: “Los muchachos y muchachas de las FARC, por entre un tremendo fanguero, cargaron en sus hombros el material hasta allá. Pese a su inconformidad, tenían la orden de depositar todo el material en manos de los de Naciones Unidas. Así lo hicieron, sabían que la seriedad de las FARC estaba de por medio”.
Y continúa con una denuncia más fuerte, asegurando que los de Naciones Unidas pudieron comprobar la presencia de un grupo paramilitar que se denomina Nuevas Guerrillas Unidas del Pacífico, al mando de alias David, que hace unos meses era un pequeño grupo y hoy ocupa todos los ríos de la frontera con Ecuador. El jefe guerrillero detalla los nombres de los ríos por los que se mueve el grupo armado y que “ya es normal verlos pasearse de civil muy cerca a los campamentos de las zonas, ofertando pagar 10 millones a cada guerrillero que se pase a trabajar con ellos. La zozobra de los habitantes de las zonas rurales es enorme”, y puntualiza: “Es obvio que andan tras los cultivos de uso ilícito y el negocio de las drogas. Un despliegue semejante resulta inexplicable sin la colaboración de autoridades militares”.
“Se comprende entonces la enorme preocupación de las Farc con los recientes fallos de la Corte Constitucional. Por un lado echa al piso el cuerpo de escoltas integrado por ex combatientes, y por otro hace lo mismo con el fast track, abriendo las puertas a la modificación por el Congreso del Acuerdo Final. La atribución constitucional del Presidente de la República para concertar acuerdos de paz ha sido hecha trizas, está en cuestión la seriedad del Estado colombiano ante el mundo”, explica.
Y concluye la carta:
“Hay un Acuerdo de Terminación del Conflicto, depositado en Suiza y celebrado en los cinco continentes. Que tenga sus detractores en el país no le resta en absoluto el carácter oficial de compromiso formal entre el Estado colombiano y las FARC-EP, reconocido incluso por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, organismo involucrado en su cumplimiento. Las FARC-EP permanecemos fieles a nuestra palabra. El Estado no puede fallar sin infamarse.
Termina una auténtica semana de pasión, en la que las Farc parecemos el Cristo a crucificar. No lo seremos, defendemos la paz y la verdad, el pueblo colombiano nos acompañará. Esperamos sus hechos, Presidente, haga honor a su palabra. Nosotros no le fallaremos a Colombia”.