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La fórmula de Carlos Holmes Trujillo

Ante la falta de idoneidad del plebiscito, el exconstituyente y excandidato vicepresidencial del uribismo plantea construir un nuevo mecanismo con los elementos que hoy existen en la Constitución. Habla, por ejemplo, de una consulta refrendataria o de un referendo abreviado.

Hugo García Segura
28 de mayo de 2016 - 03:34 a. m.
Para Trujillo, la manera como el Gobierno pretende blindar los acuerdo de paz produce inseguridad jurídica. / Luis Ángel
Para Trujillo, la manera como el Gobierno pretende blindar los acuerdo de paz produce inseguridad jurídica. / Luis Ángel
Foto: LUIS ANGEL

Para Carlos Holmes Trujillo, exconstituyente y excandidato vicepresidencial del Centro Democrático, el plebiscito no es la fórmula idónea, jurídica, política y socialmente, para avalar popularmente los acuerdos de paz entre el Gobierno y las Farc de La Habana. Por eso propone un gran acuerdo político y de Estado para pensar en otro mecanismo, que bien puede recoger elementos de los que hoy existen en la Constitución. Y aunque es una idea personal, de todos modos implica una puerta abierta de cara a lograr un entendimiento entre el uribismo y el Gobierno en aras de la reconciliación nacional.

¿En qué consiste su propuesta de un gran acuerdo político y de Estado para implementar los acuerdos de paz entre el Gobierno y las Farc?

En primer lugar, es indispensable el pronunciamiento del pueblo colombiano. Los mecanismos que en estos momentos están consagrados en la Constitución no son idóneos, por su definición o por dificultades prácticas para su aplicación. El plebiscito no es idóneo ni jurídica, ni política, ni socialmente. Y no lo es porque su naturaleza apunta a que se utiliza para circunstancias distintas a aquella a la cual pretende emplear hoy el Gobierno. La consulta popular tampoco es procedente en este caso, toda vez que existe para que se pregunte la opinión del pueblo sobre asuntos de interés general del orden nacional, regional o local. El referendo sí puede ser el adecuado, pero hay que reconocer que podría tener dificultades prácticas para su aplicación, toda vez que a través de él el pueblo se pronuncia, no sobre políticas o decisiones del Ejecutivo o asuntos de interés general, sino sobre textos constitucionales o legales. Por eso creo que, así como se ha hecho en el pasado, estamos en un momento histórico en el cual lo más responsable, serio y conveniente es convocar un gran acuerdo político y de Estado sobre un mecanismo de refrendación que solvente las dificultades de las fórmulas que hoy existen y le permita a la gente acudir a las urnas para decidir si aprueba detalladamente o no lo acordado.

Pero ¿es un mecanismo nuevo o una combinación de los que ya existen?

Sería un mecanismo nuevo para el cual se puede acudir a los elementos existentes. Yo he hablado de una consulta refrendataria, pero puede ser un referendo abreviado o una combinación de referendo y constituyente. Es decir, los elementos para construir el mecanismo nuevo existen en la Constitución, y lo fundamental es que eso sea el producto de un gran acuerdo político y de Estado, lo cual sería un paso muy importante para la sociedad colombiana.

¿Implica ello tramitar un proyecto de ley en el Congreso?

Todo sería consecuencia del acuerdo. Eso se ha hecho en el pasado: en 1957, en un contexto de búsqueda de la paz a raíz del Frente Nacional, se convocó un plebiscito como consecuencia de un gran acuerdo político. En 1990, también en aras de la paz, se llegó a la conclusión de que era muy importante convocar una asamblea constituyente para redactar una nueva Carta Política. Y se hizo, pese a que no existía entonces como un mecanismo de reforma en la Constitución vigente. Creo que estamos en un momento histórico similar que amerita un gran acuerdo político y de Estado para el mecanismo de refrendación.

¿Su propuesta es personal o se puede asumir como del uribismo?

No puedo hablar por el uribismo, aunque debo decir que es una propuesta mía que es bien conocida por el Centro Democrático desde hace mucho tiempo. Ahora, el propio expresidente Álvaro Uribe, en el recinto del Senado, planteó hace mucho tiempo que, ante las deficiencias evidentes del plebiscito, se pensara eventualmente en un mecanismo como el de la constituyente. Eso hay que leerlo como la voluntad del presidente Uribe de mirar mecanismos distintos al plebiscito.

Suponiendo que su idea tiene acogida y se implementa, ¿la decisión final que tome el pueblo sería aceptada por el uribismo?

Pienso que si se llegase a acordar ese mecanismo, si se acordasen todas las reglas y eventualmente llegase a ser aplicado como consecuencia de un gran acuerdo político y de Estado en el país, naturalmente el resultado hay que respetarlo.

¿Y sí hay tiempo para pensar en implementar otra fórmula?

Por supuesto que hay tiempo. Lo único que realmente se necesita es voluntad política.

Por Hugo García Segura

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