Hablándole a la tropa

La guerrilla dijo que creará un comando para la normalización de la Fuerza Pública. Mientras tanto, el presidente Santos hace pedagogía del proceso de paz en bases militares.

Redacción Política
03 de septiembre de 2014 - 05:06 a. m.
El presidente Juan Manuel Santos junto al alto mando militar y al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, en el fuerte militar de Larandia, Caquetá. / SIG
El presidente Juan Manuel Santos junto al alto mando militar y al ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, en el fuerte militar de Larandia, Caquetá. / SIG

En el segundo día de la ronda 28 de diálogos entre el Gobierno y las Farc, en La Habana (Cuba), se presentó un nuevo cruce de declaraciones. Los mensajes de un lado y del otro parecen dirigidos a sus tropas y ya toman forma de pulso sobre la mesa de negociaciones.
Prendió la mecha en la mañana el jefe insurgente Pablo Catatumbo, quien afirmó que la respuesta al Comando de Transición —dado a conocer por el presidente Juan Manuel Santos— sería, por parte de las Farc, un comando guerrillero para la normalización de la Fuerza Pública.

Catatumbo refirió que si el Comando de Transición estudia la desmovilización y entrega de armas de la guerrilla, ellos van a “estudiar el regreso de la fuerza militar a su rol constitucional de guarnecer nuestras fronteras, el desmonte de los batallones de contrainsurgencia por razones de tal normalización como resultado de la paz, la reducción del pie de fuerza y la insinuación de algunas reformas profundas en su doctrina militar”.

Al mismo tiempo, el presidente Juan Manuel Santos visitaba bases militares para hacer pedagogía sobre el proceso de paz entre los uniformados. Pero el mandatario también aprovechó para, desde la base militar de Larandia (Caquetá), responder a las Farc y pedirle a la Fuerza Pública intensificar la ofensiva militar para “lograr el fin del conflicto lo más pronto posible”.

En este mismo contexto apareció una de las ya célebres cartas del máximo comandante de las Farc, Timoleón Jiménez, quien en tono sarcástico le dice al presidente Santos que está promoviendo un optimismo basado en la premisa de que el fin del conflicto es la desmovilización de la guerrilla y la consecuente entrega de armas.

Timochenko argumenta que las Farc son las más interesadas en que haya un ambiente propicio para la firma del acuerdo y que mantienen su voluntad de firmar el fin del conflicto. Sin embargo, el jefe insurgente recuerda que aún existen temas sensibles por ser acordados y que si Santos aspira a firmar el documento antes de este año, es porque está dispuesto a ceder en los temas en que aún no hay acuerdo.

Desde el otro lado, Santos expresaba ante centenares de militares que el bienestar de la Fuerza Pública ha sido y seguirá siendo su prioridad. Incluso, prometió que aumentará el salario de los soldados y policías en más de $240 mil. Y concluyó explicando que si se acaba la guerra, los miembros de la Fuerza Pública serán veteranos de este conflicto y verán recompensado su sacrificio. “Aquí lo único que puede suceder es que se mejoren las condiciones personales, familiares e institucionales con la llegada de la paz”, sintetizó Santos.

Pero en la mañana Catatumbo, el plenipotenciario de las Farc en La Habana, insistió en la explicación de su propuesta, resaltando que las partes sentadas en La Habana son iguales y que en el conflicto colombiano no hay ni vencedores ni vencidos, y que su comisión iba a analizar que conquistada la paz, las Fuerzas Militares no podrán servir para asuntos internos de orden público.

Pero el tema central de la intervención de las Farc fue su llamado a revisar el punto tres del acuerdo general, denominado “fin del conflicto”, ya que en el subpunto 7 queda plasmada la necesidad de esclarecer el fenómeno del paramilitarismo, para lo cual propuso crear una comisión de expertos.

“Una cosa son los hechos criminales y los resultados criminales producto del paramilitarismo (que sería trabajo para una Comisión de la Verdad), y otra es establecer lo relativo al “fenómeno del paramilitarismo”; es decir, establecer cómo se conformó e integró, cómo funcionó, en dónde se fue estableciendo, con qué dineros, quiénes lo auparon y estimularon, y por qué sigue actuando”, señaló Catatumbo.

A la propuesta de las Farc Santos no se refirió, pero sí lanzó un nuevo carbón a la hoguera al señalar que los colombianos están viendo “un incremento bastante marcado de las desmovilizaciones. Eso es un síntoma positivo”. Y concluyó el jefe de Estado pidiendo mantener la ofensiva militar, “para alcanzar la paz”.

Por ahora los mensajes de Gobierno y Farc parecen dirigidos a sus tropas, al tiempo que forman parte del pulso por posicionar temas en la mesa de diálogos. Y mientras esto sucede, la ONU y la Universidad Nacional avanzan en la selección de las nuevas 12 víctimas que viajarán a La Habana el próximo 10 de septiembre. Aún no se sabe quiénes irán, lo que sí se sabe es que los frutos de la primera visita ya se pueden observar, por ejemplo, en la carta de Constanza Turbay, en la que afirma que su encuentro con sus victimarios le ha permitido ir sanando heridas.

Por Redacción Política

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