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¿Qué hacer con la Policía en el posconflicto?

Una de las dudas que giran alrededor de un eventual acuerdo con las Farc es qué hacer con un cuerpo que es, idealmente, civil y no militar.

Camilo Segura Álvarez
28 de noviembre de 2014 - 02:37 a. m.
¿Qué hacer con la Policía en el posconflicto?
Foto: EFE - Carlos Duran

En la Universidad del Rosario se dieron cita académicos, generales en retiro y oficiales de la Policía Nacional para discutir sobre el papel que jugará esa fuerza en un eventual escenario de posconflicto. ¿Es necesaria la creación de un Ministerio de Seguridad? ¿Debe pasar la Policía, como cuerpo civil, a depender del Ministerio del Interior? ¿Debe quedarse en el Ministerio de Defensa?, fueron algunas de las preguntas que los convocaron.

La discusión partió de una realidad que diferencia a la policía colombiana de las de los demás países de Latinoamérica: ninguna de ellas depende de las carteras de Defensa. Por ejemplo, en Perú, Ecuador y Paraguay, dependen de los ministros de Interior; en Argentina y Honduras depende de las carteras de Seguridad y, en Brasil y El Salvador, de los ministerios de Justicia.

El general (r) Luis Ernesto Gillibert, exdirector de la Policía Nacional, fue el encargado de abrir la discusión, que fue organizada por la Universidad del Rosario y el Centro de Estudios y Análisis en Seguridad y Convivencia (Ceacsc). Su tesis, enfocada en la historia de la propia Policía, fue que la institución debía permanecer bajo la sombrilla del Mindefensa pues las violencias que se presenten después de la firma de un acuerdo con las Farc son inciertas.

Dice Gilibert que los peores momentos de la historia de la Policía correspondieron a tiempos en que las carteras de Gobierno tenían la tutela de los uniformados, provocando así que, en vez de centrar sus acciones en las garantías de convivencia y seguridad ciudadana, su papel fuera el de una “policía política”.

El exdirector insistió en que, desde la dictadura de Rojas Pinilla, cuando quedó a las ordenes del Mindefensa, la Policía ha logrado un nivel alto de profesionalización y de prácticas apolíticas que le han permitido enfocarse en sus deberes. Por lo tanto, según Gilibert, no sería deseable que quedara bajo tutela del Ministerio del Interior, que es el encargado de la relación del poder Ejecutivo con el Legislativo y los partidos políticos.

El general en retiro sostiene que hay una realidad que ha marcado a la Policía y que la diferencia: el desarrollo del conflicto armado y el narcotráfico. Algunas de sus funciones de control territorial y control del orden público no desaparecerán, necesariamente, cuando se firme un pacto de paz con las guerrillas pues pueden emerger nuevos fenómenos violentos.

De acuerdo con Gilibert, el director del Colegio de Generales de la Policía Nacional, el general (r) Héctor Cabrera, sostuvo que es inviable pensar en que se debe crear un ministerio exclusivo para la Policía, o que vuelva a la sombrilla del poder político, y propuso que, en vez de la creación de un Ministerio de la Seguridad, es necesario repensar el Mindefensa y cambiar su estructura.

"Como lo ha dicho la Corte Constitucional, no hay incompatibilidad entre los conceptos de defensa y seguridad ciudadana. Es más, se complementan", dijo Cabrera. Además, dijo que más allá del desmonte de los grupos guerrilleros, hay unas realidades de pobreza y desigualdad en las zonas donde se ha desarrollado el conflicto que permanecerán en el corto plazo. En ese sentido, sugirió que la Policía podría tener allí un papel fundamental para evitar que crezcan nuevas formas de violencia y acompañar la llegada de las instituciones a los territorios.

Por su lado, Armando Borrero, exmiembro de la Comisión Especial para la Policía Nacional y especialista en Derecho Constitucional, dijo que esa reforma al Mindefensa sería necesaria pues, según él, hoy la representación de la Policía en esa cartera es pequeña en comparación con la de las Fuerzas Militares y tiene funciones sobretodo protocolarias.

"Hoy, muchas de las responsabilidades ejecutivas quedan sobre los hombros de la Dirección Nacional de la propia Policía. Caso contrario a lo que ocurre con el Ejército, que tiene un Comandante, que se supedita al comandante de las Fuerzas Militares y al ministro de Defensa", sostuvo.

Más allá de cuál debe ser el ministerio que asuma la responsabilidad de conducir a la Policía en un escenario eventual de posconflicto, las dudas que dejó este encuentro tienen que ver con el momento en que, como dice la Constitución, este cuerpo sea enteramente civil y no desarrolle tareas que en otros países corresponden exclusivamente al Ejército y a otras fuerzas.

Algunos dicen que ese momento debe ser muchos años después de firmada la paz con la insurgencia. De plano, los generales en retiro, por ejemplo, creen que es necesario hacer las transformaciones paulatinamente, más, cuando de acuerdo con estudios citados por Borrero las posibilidades de rearme o surgimiento de grupos ilegales es normal durante los 10 años siguientes a la suscripción de un acuerdo.
 

Por Camilo Segura Álvarez

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