La hora de reconstruir

El martes que viene, mientras el Congreso debate la refrendación de los acuerdos con las Farc, miles de personas se concentrarán en la Plaza de Bolívar pidiendo que se le cumpla al país con una pronta implementación.

Marcela Osorio Granados
27 de noviembre de 2016 - 02:00 a. m.
Desde el plebiscito, la Plaza de Bolívar ha sido el escenario para que los colombianos expresen su sentir frente a la paz.  Imagen de la obra “Sumando ausencias”, para la cual la artista Doris Salcedo convocó a todos los ciudadanos que quisieran aportar a la memoria y la reconciliación. / Jhonatan Ramos
Desde el plebiscito, la Plaza de Bolívar ha sido el escenario para que los colombianos expresen su sentir frente a la paz. Imagen de la obra “Sumando ausencias”, para la cual la artista Doris Salcedo convocó a todos los ciudadanos que quisieran aportar a la memoria y la reconciliación. / Jhonatan Ramos
Foto: Jhonatan Ramos-El Espectador

Movimientos sociales heterogéneos, sin ataduras políticas, con discursos sencillos que se reflejan en formas de acción que logran convocar multitudes. Si algo ha quedado claro en los últimos dos meses en el país es que la movilización ciudadana tiene alcances que antes eran inimaginables y que han dado como resultado el posicionamiento de la protesta pacífica como herramienta de presión en un momento histórico para el país. Y el objetivo, común denominador en todos los casos, no es otro que exigir al Estado una acción clara para poner fin a una confrontación armada que ha desangrado al país por más de 50 años.

Un proceso social que no terminó con la reciente consecución de un nuevo acuerdo final de paz entre el Gobierno y las Farc, sino que se ha ido fortaleciendo a través de la creación de espacios de diálogo y debate para generar propuestas y aportes desde la sociedad civil, de cara a lo que será el largo y nada fácil proceso de implementación de los acuerdos y la misma construcción de paz.

Bajo esa premisa, la movilización volverá el martes 29 de noviembre al lugar que en los últimos meses se ha fortalecido como el máximo escenario público de protesta: la Plaza de Bolívar en Bogotá. Esta vez la convocatoria tiene como eje central la urgencia del llamado de unión y reconstrucción del tejido social en momentos en que el país se enfrenta a su más grande desafío. “Porque se requiere de acciones urgentes y no parar. Porque debemos mantenernos unidos y defender un país en el que quepamos todos. Porque abogamos por la dignidad de las víctimas y de los líderes asesinados en el proceso de paz. Porque debemos proteger a aquellos que siguen reclamando la tierra, a quienes han padecido la guerra y a los que hemos dejado solos. Porque la paz no da espera, porque cada día cuenta y cada acción suma. Porque debemos llenarnos de la fe y de la fuerza que requerimos como colectividad”, señala la convocatoria denominada Acordes por la Paz, respaldada por iniciativas ciudadanas como #AccionesPorElAcuerdo.

En esta ocasión, el arte y las representaciones culturales serán el punto de partida y el puente para unir las diversas voces que se manifestarán a favor del nuevo acuerdo de paz y su refrendación a través del Legislativo. “Estamos confiados en que el Congreso de la República, que nos representa a todos, va a asumir la tarea de implementar los acuerdos de forma rápida. Es el momento de avanzar, de reconstruirnos y resurgir como nación, unir todo lo que está roto, teniendo en cuenta que todo este proceso tiene como eje central a las víctimas. No hay razón que justifique que haya un muerto más”, asegura María Belén Sáez de Ibarra, directora del Museo de Arte de la Universidad Nacional y una de las promotoras de la iniciativa.

Por eso, el acto tendrá la participación de comunidades indígenas, afrodescendientes y representantes de víctimas de diversas regiones del país, pues, en últimas, son ellos los que han vivido de primera mano los rigores de la guerra y entienden mejor que nadie lo que significa el cese el fuego en los campos y las regiones. “Queremos hacernos visibles porque somos muchos los que deseamos un país mejor, una vida mejor para nuestros descendientes. Volveremos a invocar a los ausentes, a los muertos, y proyectaremos los rostros de los líderes asesinados, incluso los recientes”, revela Sáez al señalar que la convocatoria surgió a partir de la acción de duelo y paz que se hizo en octubre con la artista Doris Salcedo en la Plaza de Bolívar.

Una suerte de símbolo de la ciudadanía que represente las concepciones de paz que se originan desde la misma diversidad cultudel país. “Cuando el indígena tiene su familia bien fortalecida con alimentos, puede cazar, trabajar y educar, entonces es cuando sentimos la paz. Si a los indígenas de Colombia les devolvemos las tierras para que trabajen, van a vivir en paz, porque la violencia viene de eso: del hambre, de las necesidades que se viven en los territorios”, asegura Reynaldo Giagrekudo, líder mayor tradicional huitoto de La Chorrera, en Amazonas, y quien también hará parte de la movilización del martes.

Por Marcela Osorio Granados

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