La incertidumbre de la Alianza Verde

Enrique Peñalosa. / AFP

Foto: EFE - Mauricio Dueñas Castañeda

Eso dijo Enrique Peñalosa el mismo domingo en la tarde, al reconocer los adversos resultados de la elección presidencial, tratando de anticiparse a las preguntas sobre el camino que tomará su partido de cara a la segunda vuelta. Pero una cosa sí tiene clara el ahora excandidato de la Alianza Verde: “Una cosa es el partido y otra mi posición (...), creo que la mayoría de mis votantes no harán lo que yo les diga”.

Lo cierto es que los verdes esperan reunirse lo más pronto posible para fijar una posición sobre a quién apoyar: si al presidente Juan Manuel Santos o a Óscar Iván Zuluaga. De todas maneras, dos aspirantes que poco representan los lineamientos ideológicos de la colectividad, así se hable de una que otra coincidencia en asuntos que pueden ser fundamentales, como el del proceso de paz con las Farc. “Tenemos que ver cuál es la mejor manera en que podemos contribuir a la construcción de un nuevo país”, dijo Peñalosa.

Sin embargo, aunque mucho se ha hablado de la posibilidad de que la Alianza Verde deje en libertad a sus miembros y simpatizantes para la segunda vuelta, ya se ve una que otra señal que bien puede ser interpretada como un guiño. Por ejemplo, la senadora electa Claudia López, crítica acérrima tanto del gobierno Santos como del uribismo, aseguró que si hay algo que tiene claro es que el segundo es peor que el primero: “Tengo claro que ninguno representa nuestras ideas, sueños y aspiraciones, pero también que Uribe es, de lejos, peor que Santos”, escribió en Twitter.

Para López, la obligación de la Alianza Verde y de los demás movimientos que le acompañaron en el pulso electoral —entre ellos una facción del progresismo— es no escoger entre Santos y Zuluaga, “sino entre las acciones coherentes para construir la Colombia que puede y debe ser”. Ahora falta ver qué propuesta para esa segunda vuelta se acerca más a la idea de construir una nueva y mejor Colombia.