La ficha cristiana en las elecciones regionales

Las dos colectividades cristianas que tienen asiento en el Congreso están abiertas a coaliciones, pero buscarán coincidencias con otros partidos en temas inamovibles, como la protección de la familia y la libertad de credos.

Germán Gómez Polo - Twitter: @TresEnMil
11 de febrero de 2019 - 10:50 a. m.
Según los analistas, el voto cristiano pudo ser decisivo en el resultado del plebiscito de 2016.  / Cristian Garavito - El Espectador
Según los analistas, el voto cristiano pudo ser decisivo en el resultado del plebiscito de 2016. / Cristian Garavito - El Espectador

Es posible que antes el 2 de octubre de 2016 el mundo político hubiese ignorado el poder que tienen los movimientos cristianos en Colombia. Aunque, a ciencia cierta, es difícil tener una evidencia, los analistas explicaron con posterioridad que la participación de los cristianos evangélicos en las votaciones del plebiscito pudo ser determinante para la victoria del No y poner en jaque el Acuerdo de Paz logrado entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las Farc, que había sido presentado en un pomposo evento en Cartagena apenas unos días antes de que se efectuara la votación que debía refrendarlo popularmente.

Ese voto cristiano en contra del pacto de paz que terminaba con un conflicto armado de más de cincuenta años con esa guerrilla se empezó a mover, además, meses antes, cuando ya circulaba el argumento —promovido por sectores políticos más conservadores, que, en parte, fueron encabezados por el entonces procurador general de la nación, Alejandro Ordóñez— de que el Acuerdo de Paz era atravesado de manera transversal por el concepto bastante gaseoso de la ideología de género, que, palabras más palabras menos, intentaría imponer en el establecimiento social colombiano una construcción diferente de la familia, el sexo biológico, la identidad de género y la orientación sexual.

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El rechazo a este conjunto de elementos, que, a la luz de los valores cristianos, eran inconcebibles se materializó en las marchas de agosto, en contra de unas supuestas cartillas de educación sexual que publicaría el Ministerio de Educación y que circularían en los colegios del país. Miles de ciudadanos, gran parte de ellos cristianos, salieron con biblias a las calles a exigir la salida de la ministra Gina Parody, quien, entre otras cosas, lideraba la campaña presidencial por el Sí en el plebiscito. Todo mal. Desde ese momento, varios de los partidos tradicionales voltearon a mirar, con mayor interés, a los movimientos políticos cristianos con miras a las elecciones legislativas de 2018.

El 11 de marzo de ese año, en los comicios legislativos, el movimiento político cristiano MIRA logró más de 500.000 votos y tres curules en el Senado de la República. Aunque con lucha jurídica en los escrutinios realizados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), el movimiento Colombia Justa Libres, también cristiano, obtuvo otras tres curules, al lograr cerca de medio millón de votos en las urnas. Ahora, en el escenario de las elecciones regionales de 2019, ¿podrán los movimientos políticos cristianos tener un papel destacado y hacerse con el poder regional?

El camino hacia esa meta ya comenzó. Carlo Eduardo Guevara, senador y presidente del MIRA, señaló que ya se ha iniciado un recorrido por varios departamentos del país; sin embargo, sus fuerzas se van a concentrar en Bogotá y en los departamentos del Valle del Cauca, Quindío, Risaralda y Córdoba, en donde se está estructurando una base importante de simpatizantes y buscando candidatos para hacer un relevo generacional. Están abiertos a las alianzas; no obstante, como lo han sostenido otros partidos, todo dependerá de las propias dinámicas regionales. “La agenda está en revisar los aspectos de cada municipio. Estamos escuchando, hemos estado en Bolívar, Magdalena y Antioquia. Falta visitar departamentos en el sur del país para hacer un diagnóstico general y conciliar las listas. Esperamos, en unos dos meses, tener nuestros candidatos o saber a cuáles vamos a apoyar”, contó Guevara.

En ese sentido, Ana Paola Agudelo, también senadora del MIRA, señaló que el proceso de prepostulados ya se inició desde el año pasado y que están ad portas de entrar en la última etapa para entregar avales. Explicó que, a nivel nacional, se le está dando prioridad a la revisión de candidatos a concejos y asambleas y se está escuchando a candidatos de otros partidos que quieren llegar a las alcaldías y gobernaciones, para definir con quiénes hacer acuerdos programáticos. El MIRA, con mucha posibilidad, tendrá candidato propio en la Gobernación de Risaralda, y varios líderes locales en municipios de Nariño y Valle del Cauca han solicitado el aval del movimiento político.

“Buscamos hacer acuerdos programáticos en temas como la defensa de la mujer y la libertad de cultos y de creencias. Es importante que se logre el respeto entre todos, bajo los valores, independientemente de la creencia que se tenga o si no la tiene”, dice Agudelo, aclarando que, hasta el momento, no hay partidos vetados para lograr acuerdos de cara a las elecciones. En cuanto la Alcaldía de Bogotá, a pesar de ser un partido de gobierno, como lo es el Centro Democrático, el MIRA no ha definido si apoyará al candidato del uribismo en la capital, que podría salir entre los concejales Diego Molano y Ángela Garzón, y Samuel Hoyos, exrepresentante a la Cámara.

Por los lados de Colombia Justa Libres, el senador y pastor cristiano John Milton Rodríguez explicó que su movimiento realizará mesas preparatorias regionales, municipales y comunales, para definir cómo será el funcionamiento del partido en cada rincón del país, aunque los candidatos deberán ser aprobados por la dirección nacional del movimiento. “Estaremos dispuestos a mirar consultas interpartidistas y coaliciones con otros partidos siempre que haya apertura alrededor de un acuerdo político, donde quede un compromiso ético para acabar con la ‘contratitis’, con los porcentajes por debajo de la mesa para pagar favores y hacer contratación pública abierta”, señaló Rodríguez.

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Según el senador, las bases del electorado en su movimiento tienen identidad con proyectos que se comprometan con la familia, como núcleo fundamental de la sociedad, que defienda la libertad religiosa, que establezca un fundamento en el derecho de la autonomía educativa de padres de familia e instituciones educativas y trabaje a favor de la equidad social, el emprendimiento, el desarrollo del campo colombiano, la protección del medioambiente y la protección de las víctimas del conflicto armado.

Un punto que podrían mirar los movimientos cristianos tiene que ver con las figuras sobresalientes con liderazgo religioso en las ciudades más importantes del país; sin embargo, aunque no descartan que esa sea una posibilidad, se muestran más enfocados en la búsqueda de nuevas caras políticas o la apertura a alianzas con otros partidos para tener representación en el poder regional luego de las elecciones de octubre. Ambas colectividades se reunieron el pasado viernes con el presidente Iván Duque y ratificaron su apoyo al Gobierno, siempre que este también se comprometa con algunas de las bases que justifican su lucha política.

Por Germán Gómez Polo - Twitter: @TresEnMil

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