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Mensajes de un preso político

Mediante redes sociales hablamos con René Nariño, mando de las Farc detenido desde hace cinco años y que ha liderado huelgas en las cárceles del país, como la que terminó esta semana.

Alfredo Molano Jimeno
29 de noviembre de 2015 - 02:02 a. m.
“René Nariño”, miembro de las Farc y recluido en la cárcel La Picota de Bogotá desde 2011. / Cortesía vía Whatsapp
“René Nariño”, miembro de las Farc y recluido en la cárcel La Picota de Bogotá desde 2011. / Cortesía vía Whatsapp
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René Nariño ahora te sigue en Twitter. En su perfil se lee: “Presos Políticos - prisioneros de guerra Colombia. Paz con justicia social. Estudiaba Ciencias Políticas y Administrativas en ESAP hasta captura. Estudiante Filosofía Universidad Nacional a Distancia”. Hace diez años era muy difícil tener contacto con este tipo de presos, pero hoy las nuevas tecnologías han atravesado los barrotes de las cárceles de Colombia.

Se unió a Twitter en diciembre de 2011. Tiene 2.100 seguidores y ha sido parte del equipo de comunicaciones que ha visibilizado en redes sociales las huelgas en las prisiones de los últimos años. La última, de hambre, duró 18 días. Terminó el viernes pasado.
¿Quién es René Nariño?

“Mi nombre de pila es Johan Andrés Niño Calderón. Soy un prisionero político de las Farc. Estoy por completar cinco años de reclusión y tengo la esperanza puesta en lo que está ocurriendo en La Habana”: primera nota de voz de Whatsapp. De fondo se oye a sus compañeros de celda hablar y toser.

“Era estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública en la ESAP en el momento de mi captura, en 2011. Soy oriundo de Vélez (Santander) y vengo de una familia humilde que en los años 80 y 90 simpatizó con la Unión Patriótica, lo cual nos convirtió en objeto de persecución por parte de grupos paramilitares”: segunda nota de voz.

“Nos tocó enterrar a muchos compañeros y hasta familiares. Mi madre era personera en La Paz (Santander). Recuerdo un atentado que nos hicieron en la casa en la que vivíamos. Yo cursaba 4º de primaria, y fue la misma Policía la que disparó una noche en que estábamos de fiesta. El capitán del pueblo decía que no iba a descansar hasta que colgara la cabeza de mi mamá en la plaza. Por eso tuvimos que salir corriendo”: tercera nota de voz.

“Salimos desplazados y la familia se fragmentó. El miedo nos obligaba a ir de pueblo en pueblo y para nosotros, que somos tres hermanos, los cambios de colegio eran muy duros, pero mis padres decían que pasara lo que pasara teníamos que estudiar. En el año 1992 llegamos a Bogotá, luego de que asesinaran a un tío, llamado Wilfredo Niño. Lo desaparecieron diez días. Lo cogen, lo torturan y finalmente lo matan entre Puente Nacional y Barbosa”: cuarta nota de voz.

“Ahí las cosas se pusieron muy duras y nos fuimos para Bogotá. Una ciudad tan grande era algo nuevo y aterrador. Llegamos a vivir a las laderas. A empezar una nueva vida. Mis padres a buscar trabajar y nosotros a estudiar. Fue un período de muchas dificultades. Hicimos un esfuerzo sobre humano para terminar el bachillerato. Cuando acabé, me tocó salir a trabajar”: quinta nota de voz.

–¿En qué trabajaba?

“Hice de todo. Fui vendedor ambulante, puerta a puerta, y hasta en semáforos. Cuando cumplí 18 años conseguí un trabajo en una fábrica. Ahí me doy cuenta de la explotación a la que están sometidos los trabajadores y decido ingresar a las Farc. Trabajé en maquilas, literalmente, y al tiempo estudiaba Ciencia Política. Me fue muy bien y cuando cursaba el último semestre fui capturado. El título está suspendido”.

–¿Qué hacía usted en las Farc?

“Trabajaba en organización política del Movimiento Bolivariano y del Partido Comunista Clandestino”.

–¿Cuál es su condición judicial?

“Llevo casi cinco años preso. Estoy condenado por rebelión agravada a seis años y concierto para delinquir, que da once años”. Se oyen ruidos y en voz baja René dice: “Hay un operativo de la guardia. No puedo continuar ahora. Luego hablamos”.

–¿Por qué hicieron una huelga de hambre por más de quince días?

“Surge a raíz de los incumplimientos del Gobierno a los compromisos que adquirieron luego de que la población carcelaria se movilizara y constituyera el Movimiento Nacional Carcelario. Entonces las directivas de los penales se comprometieron a mejorar las condiciones de reclusión, especialmente en el aspecto de salud. Pero al final nada se cumplió y antes se agravaron los problemas de muchos compañeros”.

–Hace ocho días el Gobierno anunció que 30 guerrilleros presos serían amnistiados. ¿Cómo se vivió dentro de la cárcel este anuncio?

“Es un anuncio importante, que por supuesto nos llena de esperanza. Aunque no lo vemos como un gesto de generosidad del Gobierno, sino que creemos que tomó la decisión por la presión que hemos ejercido los presos que protestamos”.

–Usted habla de malas condiciones de reclusión. ¿Cuáles son sus quejas exactamente?

“La situación de los guerrilleros presos es lamentable. Hemos establecido una lista de 81 compañeros que por su precaria condición de salud deberían tener una excarcelación por razones humanitarias. Le pongo ejemplos: en el marco de la huelga, en La Picota, Isaac Arias López tenía una remisión para su tratamiento médico. Fue herido en combate, tiene fractura múltiple de fémur, osteomielitis, herida abierta y acortamiento del hueso. Tenía su cita, pero el Inpec no lo quiso llevar a la hora indicada y perdió la cita.

A otro compañero le pasó que tenía también una cita médica que se había ganado a través de tutelas. Él tiene una disminución de la vista en un 90 % y perdió la cita porque no lo llevaron a la hora asignada, perdiendo así el año y medio de lucha jurídica”.

–¿Cómo se ha vivido desde la cárcel el proceso de paz?

“Con mucha expectativa y esperanza. También con dudas e incertidumbre sobre la voluntad del Gobierno. Pero lo que sucedió el 23 de septiembre, cuando Santos y Timochenko se reunieron, fue muestra de que los diálogos avanzan. Igual sabemos que no va a ser fácil y tenemos entendido que el escollo en justicia son las amnistías y los indultos”.

–¿Qué impacto tuvo el anuncio del Gobierno de indultar 30 guerrilleros?

“Estamos a la expectativa de qué significa el anuncio del alto comisionado. Para nosotros es un logro de la protesta. Por supuesto estamos contentos de que haya 30 compañeros que sean indultados y puedan jugar un papel importante en el proceso de paz. Estamos a la expectativa de que en ese grupo haya algunos de los compañeros que hacen parte de la lista de 81 presos en graves condiciones. No conocemos más detalle, ni sabemos quiénes van a ser liberados”.

–¿Pero el Gobierno no les ha explicado hasta ahora más detalles del anuncio?

“Lo que ha dicho el ministro de Justicia es que están esperando el decreto de la amnistía. El anuncio también incluyó un compromiso para realizar unas brigadas de salud que deben empezar muy pronto. Pero nosotros tenemos una preocupación: pedimos que esas brigadas tengan un mecanismo de verificación, de acompañamiento de una organización que brinde confianza a ambas partes. Es decir, para nosotros podrían ser el Frente Amplio por la Paz, el Observatorio de Paz de la Universidad Nacional, la Conferencia Episcopal y una brigada médica de la Universidad Nacional integrada por especialistas. No confiamos en Caprecom y tenemos dudas sobre lo que pueda hacer Medicina Legal. Por ahora esperamos que nos den claridad sobre el anuncio y que este sirva para mejorar las condiciones de reclusión de los presos políticos, y la población carcelaria en general”: última nota de voz.

 

Por Alfredo Molano Jimeno

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