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"Por la paz no se vota en silencio"

Dice que su voto es un imperativo moral y no solo una postura política y que el apoyo de la izquierda hoy hará que Santos le imprima un carácter más social y amplio a su mandato.

Alfredo Molano Jimeno
15 de junio de 2014 - 02:00 a. m.
Para Clara López, los dos millones de votos en primera vuelta  demuestran que la izquierda ya es una opción de poder.  / El Espectador
Para Clara López, los dos millones de votos en primera vuelta demuestran que la izquierda ya es una opción de poder. / El Espectador

El pasado 4 de junio, la ahora excandidata presidencial del Polo Democrático, Clara López, anunció su respaldo al presidente Juan Manuel Santos para la segunda vuelta electoral. “Lo que está en juego es la paz para el país”, dijo. Sin duda, un apoyo fundamental para la candidatura reeleccionista del jefe de Estado, teniendo en cuenta los cerca de dos millones de votos que logró López el pasado 25 de mayo. Hubo críticas dentro de su misma colectividad, las cuales responde con firmeza y argumentos en esta entrevista con El Espectador.


Hoy se acaba definitivamente la campaña. ¿La conciencia de Clara López queda tranquila?

Votar en conciencia por la paz en cabeza de Juan Manuel Santos es para mí un imperativo moral y no solamente una postura política. Mantenerse al margen cuando está en juego la continuidad de los diálogos de La Habana y la iniciación de negociaciones con el Eln, resultaría imperdonable para alguien que como yo ha soñado desde niña con la paz de Colombia, sufrido de cerca y en carne propia la dureza de la guerra y dedicado a la consecución de la paz los mejores de mis esfuerzos.


¿Pero se imaginó alguna vez en su vida terminar apoyando a Juan Manuel Santos?

Francamente no. Yo pensaba llegar a la segunda vuelta para ganar y llevar los diálogos de paz a feliz término. Ahora apoyo en el presidente esas partes de mi programa en que coincidimos: la paz y las relaciones exteriores de buena vecindad.


¿Cree que si el presidente Santos gana le deberá su elección a la izquierda?

Desde luego que en una parte importante, lo que cambiará la composición de sus electores y consecuentemente el talante de su nuevo gobierno. En la primera Presidencia lo eligió la derecha toda. Ahora lo apoyan con su voto un importante contingente de demócratas, de personas de izquierda, social demócratas y dirigentes sociales. Ello debe imprimir un carácter más social y más amplio a su nuevo mandato.


Hay quienes creen que su apoyo tendrá un costo político para el Polo Democrático o para usted cómo persona...

Algunos sectores de mi partido han interpretado que votar en conciencia implica votar en blanco, cuando hay cuatro opciones posibles: Santos, Zuluaga, voto en blanco y abstención. Yo escogí votar en conciencia por la paz y todo lo que ella implica en cabeza de Juan Manuel Santos. Eso lo supo mi Comité Ejecutivo Nacional cuando les solicité que no me pusieran a escoger entre mi partido, al que amo mucho, y mi país, al que amo más. Por la paz no se vota en silencio y yo he promovido activamente el voto para hoy domingo en cabeza del presidente Santos.


Pero el senador Robledo está muy molesto y seguro querrá dar el debate interno…

Seguramente, pero en mí no encontrará un factor de división.


Dijo Robledo, por ejemplo, que decir que con Santos vamos a tener empleo y salud es entregar las banderas del partido...

En el Polo siempre hemos sostenido que la paz no se agota con la firma de los acuerdos en La Habana. Que la paz sólo puede sustentarse en la garantía de los derechos de los colombianos a la salud, al empleo, a la educación, al agua potable, a no pasar hambre. La Paz, con P mayúscula, no es una abstracción sino la esperanza de una mejor calidad de vida para todos nuestros compatriotas. En la carta que le escribí al Niño Dios cuando tenía siete años, le pedí para esa Navidad de 1957: paz para Colombia y comida y vestido para los niños de mi patria. En esa época yo no militaba en partido alguno.


¿No cree que hace falta el uribismo en la mesa de negociación de La Habana?

Durante la campaña sostuve que la paz debería ser también una política de Estado. El reconocimiento de la oposición política implica que debe participar en la confección de las políticas de Estado. Si bien la oposición no ha ganado las elecciones para pretender que sea su programa el que ejecute el Gobierno que obtuvo las mayorías, sin duda debe ser tenida en cuenta en materias donde el interés nacional en juego recomienda que le sea reconocido el carácter de política de Estado. En tal sentido, no solamente el uribismo falta en la mesa de La Habana, también la izquierda y las organizaciones sociales. Con el acuerdo de principios sobre el punto cuarto ya serán incorporadas las víctimas y las mujeres en el nivel protagónico que les corresponde.


¿La paz es una prioridad de la izquierda para ser opción de poder?

Para nadie es un secreto que la ampliación de la democracia es uno de los beneficios que saldrán de la firma del fin del conflicto. Ya no existirá la excusa para estigmatizar a los partidos políticos de izquierda ni a las organizaciones sociales, como ha sido la usanza de quienes no quieren ver que el cambio se abra paso en Colombia. Los dos millones de votos de la alianza Polo-UP, con Clara y Aída a la cabeza, ya muestran que somos opción de poder. Individualmente considerados, representamos más votos que el Partido Liberal o Cambio Radical o el Partido de la U, que entre todos apenas superaron los tres millones de votos en la primera vuelta. Con la paz tendremos mayor opción.


En caso de que gane Zuluaga, ¿se conformará un bloque de oposición con las fuerzas que hoy luchan por la reelección?

No hago hipótesis en contra de la victoria de la paz hoy domingo. Mañana es un nuevo día y Dios proveerá.


¿Este apoyo a Santos es una precandidatura suya con el Frente Amplio Por la Paz a la Alcaldía de Bogotá?

Sobre eso nada se ha hablado. Sin duda, los 500 mil votos que obtuvimos con Aída en Bogotá en la primera vuelta pesan en el momento de sopesar esas opciones, pero nos empeñaremos en tejer una amplia alianza de la izquierda democrática para gobernar a Bogotá y a Colombia.


amolano@elespectador.com

@AlfredoMolanoJi

Por Alfredo Molano Jimeno

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