Plebiscito, el más adecuado y conveniente para la refrendación: Santos

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El presidente Juan Manuel Santos insistió este miércoles que el plebiscito para la paz que hace trámite en el Congreso es el mecanismo de refrendación más conveniente para el proceso de paz con las Farc.

“Consideramos que el procedimiento más adecuado, más conveniente es el de un plebiscito, como el que se está discutiendo en el Congreso de la República”, dijo en rueda de prensa en la Casa de Nariño.

Así se refirió Santos al concluir un encuentro con el enviado especial de la Unión Europea para el proceso de paz, Eamon Gilmore.

En el mismo sentido, confirmó que la fecha límite para la firma de un acuerdo definitivo de paz es el 23 de marzo, pese a que las Farc en días pasados han dicho que ese plazo no ha iniciado.

“Por el lado nuestro y espero que por el lado de las Farc vamos a hacer todo los posible para poder firmar antes de la fecha del 23 de marzo”, sostuvo Santos.

Horas antes desde La Habana, el jefe de la delegación de paz del Gobierno, Humberto de la Calle, dijo que la puesta en marcha de un mecanismo de refrendación de los acuerdos con la guerrilla es un "compromiso firme" y consideró que la idea surgida en el Congreso de crear un plebiscito para la paz tiene ventajas.

Sin embargo, la actual legislación sobre la figura del plebiscito exige un umbral de votos "desmesurado" para que sea válido y "no es realista exigir una mayoría de todo el censo electoral", ya que nunca se ha alcanzado.

"En la historia de Colombia no ha sido posible llegar casi a los 17 millones de votos que se requeriría, según la legislación actual", dijo De la Calle.

Por ello, considera que "es un acto de realismo ajustar el umbral necesario para la validez de la decisión" pero "salvaguardando" la legitimidad y seriedad de la consulta.

"Esperamos que el congreso en su buen juicio tenga en cuenta que un umbral adecuado no puede ser demasiado blando, demasiado bajo", agregó.

De momento la guerrilla ha admitido que el plebiscito es uno de los mecanismos para la participación del pueblo en ejercicio de su soberanía pero lo considera un "instrumento que simplemente se limita a aceptar o rechazar una política oficial", con un alcance jurídico insuficiente.