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La plenaria del Senado le dio trámite este miércoles a la reforma a la justicia, con varias proposiciones que quedaron radicadas como constancia para que su discusión sea abierta nuevamente durante las sesiones en la Cámara de Representantes. La corporación aprobó varios de los artículos, tal como venían en el informe de ponencia de la subcomisión que fue instalada para acordar las coincidencias entre los partidos, frente a la reforma.
La sesión de la noche de este miércoles, sin embargo, estuvo a punto de levantarse toda vez que, tal como sucedió el martes, los senadores empezaron a salir del recinto, dejando abierta la posibilidad de la disolución del quorum, por lo que el presidente de la corporación, Ernesto Macías, tuvo que acudir al micrófono para pedirles a varios de los congresistas que permanecieran en el recinto para votar el título y la vigencia.
En ese sentido, por ejemplo, se aprobaron modificaciones a artículos constitucionales para que las providencias sólo sean comunicadas cuando “hayan sido suscritas por el juez o los magistrados y notificadas o comunicadas a las partes o sus representantes de conformidad con la ley”.
No se tocó el Consejo de la Judicatura, que era una de las apuestas del Gobierno, al considerar que constituía uno de los puntos centrales de la reforma. “Desde el Gobierno vamos a seguir insistiendo, ante la Comisión Primera de Cámara, sobre la necesidad de transformar el Consejo Superior de la Judicatura, aspecto que consideramos la nuez de la reforma. Así, si la cabeza de la Rama está funcionando mal, el servicio de justicia por consiguiente no funciona y se hace necesario ajustarla”, señaló la ministra de Justicia, Gloria María Borrero.
Tampoco se votó la creación del tribunal de aforados, una proposición que quedó como constancia para que su discusión se retome en la Cámara. La premura por los tiempos y la amenaza de que la reforma a la justicia se quedara sin oxígeno motivó que varias de las proposiciones que presentaron los senadores quedaran radicadas ante la Secretaría del Senado como constancias y que los artículos se votaran de forma rápida, sobre todo, por una petición hecha por el senador Armando Benedetti, que expresó que lo más conveniente, por tiempos, era discutir varios de los temas gruesos en la cámara baja.