Que todo trabajador que efectúe una donación en bancos de sangre oficiales reglamentados por el Ministerio de Salud o la entidad que haga sus veces, con la sola presentación del documento que acredite su aporte, tendrá derecho a no concurrir a su trabajo ese día y se entenderá como remunerado.
Es la propuesta del senador José Alfredo Gnecco, de Partido de la U, quien radicó esta semana en el Congreso un proyecto de ley que, según explicó, apunta a incentivar la donación de sangre en el país, brindando beneficios especiales a aquellos trabajadores que aporten componentes sanguíneos.
Según argumentó el congresista, el bajo promedio de donación de sangre en Colombia hace urgente la necesidad de implementar una estrategia o un sistema que estimule la habitualidad de aportes sanguíneos a los bancos de reservas.
Las cifras y proyecciones de la Cruz Roja Colombiana y del Instituto Nacional de Salud señalan que el país debería tener entre 30 y 40 donantes de sangre por cada mil habitantes. Sin embargo, a junio de 2017, los índices mostraban que solo hay 16 donantes por el mismo millar de habitantes, es decir, menos del 2% de la población colombiana.
Frente a otros países, particularmente de Suramérica, Colombia sigue mostrando saldos en rojo en temas de donación, circunstancia que ha generado una crisis permanente en bancos de sangre privados, públicos y hospitalarios. Ecuador y Chile, por ejemplo, registran niveles de aportes del 100% y 75%, respectivamente, desnudando el sombrío índice de donaciones en nuestro país, que en años no ha podido alcanzar ni el 50%.
“Este déficit de sangre en Colombia, nos llevó a pensar en la implementación de incentivos para aumentar el número de donaciones permanentes a través de medidas ajenas al dinero”, explicó Gnecco. “Este derecho solo podrá ser ejercido dos veces al año”, agregó el congresista, quien advirtió que las donaciones de sangre tienen la virtud de salvar vidas y preservar la salud de las personas.