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A propósito de la gira internacional del uribismo contra el proceso de paz

El uribismo trataba de "apátridas" a quienes iban al exterior a cuestionar su gobierno, ahora el Centro Democrático anuncia una gira internacional para exponer sus posturas en contra de los diálogos con las Farc.

Hugo García Segura
05 de diciembre de 2014 - 03:33 p. m.
A propósito de la gira internacional del uribismo contra el proceso de paz
Foto: ANDRÉS TORRES/ EL ESPECTADOR - ANDRÉS TORRES

Los ejemplo pululan, pero quizás el más sonoro fue el de marzo de 2007, cuando la entonces senadora liberal Piedad Córdoba, durante su intervención en el simposio 'Los partidos políticos y una nueva ciudad', realizado en Ciudad de México, se fue lanza en ristre contra el gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe. (Lea: Uribismo inicia gira internacional contra proceso de paz de Santos con las Farc)

"Los gobiernos progresistas de América Latina deben romper relaciones diplomáticas con Colombia", dijo la hoy excongresista, quien además señaló que "nadie puede dudar en Colombia y el extranjero que existe un vínculo claro entre los paramilitares y la cabeza del Gobierno. Todos los caminos del paramilitarismo conducen a Uribe, un presidente paramilitar".

Siendo Piedad Córdoba una figura que genera amores y odios, casi que sin puntos medios, las reacciones en el país no se hicieron esperar. De "apátrida" y "traidora" por "andar hablando mal del país" en el exterior no la rebajaron. Incluso, el expresidente César Gaviria, en esa época director único del Partido Liberal y el más duro opositor de Uribe, calificó dichas declaraciones como "acaloradas" y salió a aclarar que no reflejaban el pensar de la colectividad roja.

Se pueden mencionar también los episodios de las organizaciones de derechos humanos y de izquierda que entre 2002 y 2010, en los dos mandatos de Uribe, se pasearon por Europa y otros países como Estados Unidos y Canadá, denunciando la persecución y los atropellos del Gobierno y las fuerzas del Estado, con encarcelamientos, desapariciones y asesinatos.

Fue en noviembre de 2002, casi recién posesionado Uribe, que Fanny Kertzman, entonces embajadora en Canadá, dijo que uno de los componentes de la estrategia antiterrorista del nuevo gobierno consistiría en "contrarrestar la labor de las oenegés en el exterior". Y hasta el entonces ministro del Interior, Fernando Londoño, en el lanzamiento del libro 'Esquilando al lobo', hizo una furibunda crítica a estas organizaciones, definiéndolas como "aparatos subversivos no armados".

Pero la política es cambiante, dicen. Y ahora el Centro Democrático acaba de informar el inicio de visitas de sus congresistas a "naciones amigas", con el fin de presentar ante los diferentes gobiernos y partidos su postura sobre la negociación que adelanta el gobierno del presidente Juan Manuel Santos con las Farc en La Habana.

Será precisamente la senadora Paloma Valencia la primera que viajará a Israel, entre el 5 y el 14 de diciembre, atendiendo una invitación oficial hecha por el Parlamento Israelí 'Knesset' y el Ministerio de Relaciones Exteriores de ese país, en el marco del Seminario para Parlamentarios de América Latina.

Lo que va a decir la congresista es fácil de adelantar. En el comunicado informando su viaje, se advierte que para el Centro Democrático, el gobierno Santos lo que está haciendo en La Habana es "negociar asuntos de nuestra democracia al auspicio de dos dictadores". Y como se sabe, para el uribismo, en el proceso de paz se le está entregando el país a las Farc, habrá impunidad para las víctimas y pronto veremos a 'Timochenko' y a los jefes guerrilleros legislando en el Congreso.

O sea, los uribistas serán los que ahora irán al exterior a presentar sus críticas contra el gobierno de Juan Manuel Santos y su proceso de negociación con la guerrilla, como antes iban las organizaciones de derechos humanos y de izquierda, y algunos congresistas de la oposición, a criticar sus políticas y las negociaciones con los paramilitares, cuando Álvaro Uribe estaba en el poder.

Por ahora, no se conocen reacciones al respecto desde la Casa de Nariño. Aunque seguramente también se puede pronosticar que no faltarán los santistas 'purasangre' que saldrán a calificar de "apátridas" y "traidores" a los legisladores uribistas que viajen al exterior, supuestamente, "a hablar mal de Colombia".

De hecho, ya hay un antecedente. En noviembre del año pasado, el mismo presidente Juan Manuel Santos exteriorizó su sentir ante los continuos pronunciamientos del hoy senador Álvaro Uribe, cuando es invitado a dar conferencias en el extranjero.

"Es muy triste que cuando el país está en una situación tan positiva, en donde la economía está creciendo, donde estamos generando empleo, donde estamos cerrando las brechas, donde estamos dándoles más oportunidades a los colombianos, hay algunos que quieran aguar la fiesta. Y se van al exterior a hablar mal del país", declaró el jefe de Estado en una ceremonia de entrega de 67 kilómetros nuevos de doble calzada en el Cesar.

Un acto en el que precisamente se refirió al episodio de Piedad Córdoba en México: "En el Gobierno pasado eso nunca sucedió. Sucedió quizás una vez con Piedad Córdoba, y la catalogaron de apátrida", dijo.

Y aunque en ese momento Santos le restó importancia al asunto y enfatizó que "el país no les va a parar ningunas bolas", se sabe que la campaña que emprende desde mañana el uribismo tiene encendidas las alarmas en el Ejecutivo, pues si de algo son conscientes es de que el proceso de diálogos necesita rodearse del apoyo internacional. Y puede que Álvaro Uribe ya no tenga el peso que tenía cuando era el presidente, pero los ruidos, por pequeños que sean, pueden ser perjudiciales.
 

Por Hugo García Segura

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