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La propuesta de paz de Uribe

El exmandatario pretende un órgano legislativo transitorio a través del voto de los ciudadanos para que aprueben, nieguen o modifiquen los acuerdos de paz a los que se llegue con las Farc.

Redacción Política
30 de diciembre de 2014 - 03:01 a. m.
presidente Álvaro Uribe junto al excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo, hoy prófugo de la justicia. /
presidente Álvaro Uribe junto al excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo, hoy prófugo de la justicia. /

En respuesta a una carta enviada por el excomisionado de Paz Luis Carlos Restrepo —hoy prófugo de la justicia—, el expresidente Álvaro Uribe expuso una serie de propuestas e interpretaciones sobre el proceso de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc. Por el tono de la misiva pareciera que el jefe del Centro Democrático ha empezado a contemplar la posibilidad de participar en el debate en torno a la mesa de diálogos.

Hace diez días Restrepo hizo pública una carta dirigida a los miembros del Centro Democrático, en la cual les pedía participar en la discusión sobre el proceso de paz con las Farc. “Sugiero asumir frente al proceso de paz con las Farc, y el que se anuncia con el Eln, una posición activa que vaya más allá de la simple crítica. Si hemos pedido como condición básica para apoyar el diálogo con los grupos armados ilegales el cese de acciones violentas, no es sensato quedarse al margen cuando las Farc lo anuncian. Lo adecuado es participar desde el espacio ciudadano en el monitoreo y verificación de lo prometido, denunciando incumplimientos y proponiendo correctivos cuando sea necesario”, escribió el excomisionado de Paz.

La contestación de Uribe llegó en los conocidos términos del hoy senador. Insistió, por ejemplo, en que el Gobierno no tiene control sobre la mesa de diálogos y que cede sin contraprestación a las exigencias de la guerrilla. También enfatizó su tesis de que el proceso de paz es una humillación para la Fuerza Pública y que debe exigirse un cese unilateral de toda acción criminal por parte de las Farc y partir de su sometimiento a la justicia.

Pero la sorpresa corrió por cuenta de que el exmandatario no sólo lanzó críticas sino también propuestas. Por ejemplo, dijo que es necesario que las Farc se concentren en una zona para poder verificar el cese al fuego, pues “sin sitio de concentración no es posible verificar que cesen el asesinato, el secuestro y también el narcotráfico y la extorsión”.

La propuesta más novedosa tiene que ver con la creación de un “órgano legislativo transitorio” que sirva para el momento en que se llegue a la refrendación de los acuerdos que se hagan con las guerrillas. Uribe propuso que tal órgano sea “de elección popular, con la previa y verificada entrega de armas y desmovilización de la Farc, sin la posibilidad de que participen responsables de crímenes atroces”, y serviría para “la discusión, aprobación, rechazo o modificación de los acuerdos de La Habana”.

Según el expresidente, “este mecanismo al menos permitiría el debate y evitaría que el Gobierno entregue el país al terrorismo, a través de un referendo que coincida con otra elección atractiva de votantes, para aprobar todo en nombre de la paz, palabra cautivante que en estos tiempos coincide con fortaleza terrorista a causa del abandono de la seguridad”.

La carta de respuesta a Restrepo prosigue con críticas al Gobierno por poner en riesgo la economía colombiana, según Uribe, al desincentivar la confianza inversionista y aumentar los impuestos de las empresas. De igual manera, el expresidente advierte que su principal preocupación es que las guerrillas lleguen al poder y afirma que el presidente Santos se está prestando para permitirlo.

Uribe dedica un último párrafo a lo que llama la “politización de la justicia”, que, según dice, busca otorgarle impunidad a la insurgencia, judicializando a quienes se oponen al proceso de paz. Y agrega que “así como ya han coaccionado a algunos militares para que acepten la humillante claudicación ante el terrorismo como requisito para sacarlos de la cárcel, ronda la proposición política de someter a los civiles a la alternativa de congraciarse con la impunidad a la Farc o de irse a prisión”.

Sin embargo, a pesar de que el expresidente Uribe insiste en sus críticas al proceso de paz, expresa su total desacuerdo con la manera como se adelanta y lo considera un paso para entregarle el país al “castro-chavismo”, también es evidente que empieza a aceptar la mesa de diálogos y pareciera buscar caminos para participar en el acuerdo final y tener presencia en la manera como se refrende. Una buena noticia para los diálogos, pues, como lo han dicho Gobierno y Farc, la paz necesita del sector que Uribe representa.

Por Redacción Política

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