La propuesta para un plebiscito digital

Felipe Álvarez, de Democracy Earth. / Archivo

Una iniciativa ciudadana, sin filiación política y con el apoyo de una fundación estadounidense, está proponiendo un ejercicio novedoso de cara al plebiscito con que se piensa refrendar los acuerdos de paz con las Farc: que la votación sea electrónica, en concreto, a través de internet. Una idea que, según cuenta Felipe Álvarez, representante de Democracy Earth para Colombia, una de las fundaciones más importantes en el mundo en promover la participación democrática a través de la red y con sede en San Francisco, ya ha sido presentada al Gobierno y a la misma oposición uribista.

“No comprendemos cómo en pleno siglo XXI, la democracia todavía es convocada con mecanismos de papel. Desde Democracy Earth promovemos iniciativas de base tecnológica enfocadas a mejorar desde la misma óptica la democracia y participar en las elecciones al plebiscito es una excelente oportunidad. Pensamos en realizar la votación electrónica por internet más grande del mundo y se contará con todas las garantías de seguridad. Intentar hackear una sola intención de voto cuesta US$6.000 millones”, explicó Álvarez.

Se trata, dijo, de un método incorruptible denominado “Blockchain”, donde toda actuación queda registrada, es imposible de borrar y puede ser auditada. De esta manera, los colombianos dentro y fuera del territorio nacional tendrían la posibilidad de expresarse por el sí o por el no en el plebiscito al superar las dificultades económicas y de distancias que hoy se tienen, por ejemplo, para llegar a los consulados a votar o para llegar a los puestos de votación en el país, lo que en gran parte genera el alto nivel de abstención que se registra en cada proceso electoral.

Según Santiago Siri, fundador de Democracy Earth, el plebiscito electrónico “permitirá participar en línea y de forma segura y casi siete millones de colombianos en el exterior se podrán ver beneficiados con esta herramienta, que funciona como un libro contable abierto en internet que permite auditar todas las transacciones que se hacen en dicha red”. Democracy Earth reúne a varios de los mejores criptógrafos y programadores en Silicon Valley y su objetivo fundamental es proponer la mejor manera de usar herramientas electrónicas para replantear la manera en que la democracia funciona en la actualidad.

Javier Urrea, presidente de la Red de Colombianos en el Exterior, señaló que frente a las barreras que tiene el plebiscito para los colombianos que están en el resto del mundo, “con una abstención del 90 %, la hipótesis que cobra más fuerza para explicar el ausentismo es que la baja participación no es producto de la apatía, sino de la falta de mecanismos de participación innovadores que logren superar los límites territoriales y de costos que implican traslados kilométricos para ejercer el derecho al voto”.

Desde Redmocracia, la organización que en Colombia trabaja para fortalecer y consolidar lo que denominan debe ser una nueva “ciberciudadanía” —impulsora en el país de la propuesta—, reconocen que los temas de tiempo y recursos implican obstáculos difíciles de superar, pero creen que la implementación de la herramienta al menos en el exterior es una gran posibilidad para darle participación a más gente. En unos quince días se estaría presentando oficialmente la propuesta en Colombia y una vez se defina la fecha de realización del plebiscito, la idea es seguir adelante y que una semana antes se abra la votación. El día de la cita en las urnas, y teniendo en cuenta que no se trata de una encuesta, comenzar a entregar resultados unas dos horas antes de que la Registraduría saque su primer boletín.

En la red de Twitter ya se promociona la etiqueta #PlebiscitoDigital. “Queremos poner a prueba la tecnología y este nuevo modelo de participación fundamentado bajo los principios y postulados de la democracia electrónica. Es una oportunidad única para que los colombianos opinen y voten. No promoveremos el sí ni el no, nuestro enemigo es la abstención, es el momento de participar en la Colombia que soñamos”, concluye Álvarez.