Los investigadores implantaron tres tipos de células de cáncer agresivo en ratones de laboratorio: tumores de ovario, páncreas, y de cerebro, relató un artículo de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Los tumores de los ratones que recibieron altas dosis de vitamina C, conocida también como ácido ascórbico, crecieron casi la mitad que el de los roedores a los que no se les aplicó las inyecciones.
Según el estudio, la vitamina C desempeña un papel crítico en la salud y una deficiencia prolongada de ella conduce al escorbuto y eventualmente a la muerte.
Entre otras cosas, la vitamina C actúa como un antioxidante que protege a las células de los radicales libres.
Pero una dosis excesiva de vitamina puede impedir la asimilación del ácido ascórbico. Por ello, los científicos lo inyectaron en las venas o las cavidades abdominales de los roedores con tumores de cerebro, ovarios y páncreas
De esta manera pudieron suministrarles altas dosis de ácido ascórbico de hasta cuatro gramos por kilogramo de peso corporal por día.
Esto permitió a los investigadores de los Institutos Nacionales de Salud poner a prueba la idea de que el ácido ascórbico, cuando se inyecta en dosis elevadas, puede tener un efecto prooxidación, en lugar de la actividad antioxidante.
Según esta hipótesis, los prooxidantes generarían radicales libres y peróxido de hidrógeno, lo que, según los científicos, podría matar a las células del tumor.
Así, los investigadores descubrieron que las altas concentraciones de ácido ascórbico tenían un efecto anticanceroso en 75 por ciento de las líneas de células de cáncer probadas, y que no afectaban a las normales
En su estudio, los investigadores también mostraron que estas altas concentraciones de ácido ascórbico podrían usarse con seres humanos.