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Era un decir común entre los médicos del siglo XIX que trataban infecciones sexuales, como la gonorrea, que “por una hora con Venus, veinte años con Mercurio”. Por mucho tiempo, el único tratamiento disponible para contener de esta agresiva enfermedad fue la rudimentaria aplicación de ungüentos, tabletas, inyecciones y fricciones en las que el mercurio era el componente central.
Con el descubrimiento de la penicilina y otros antibióticos, el temor a esta enfermedad, siempre al acecho de los amantes desde tiempos bíblicos, parecía diluirse. Desde entonces ha bastado un fácil diagnóstico y la administración de un esquema de antibióticos para poner a raya la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que provoca síntomas como dolor o sensación de ardor al orinar, aumento de la secreción vaginal, sangrado o picazón en el área genital.
Pero las cosas podrían estar a punto de dar un giro preocupante. Un reporte de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la agencia de Estados Unidos a cargo de vigilar las amenazas a la salud, advierte que la bacteria Neisseria gonorrhoeae podría estar desarrollando resistencia contra los únicos dos antibióticos efectivos en su tratamiento.
Al revisar los datos reportados por un sistema nacional de vigilancia, los expertos de los CDC concluyeron que los porcentajes de resistencia a los únicos dos antibióticos que existen contra la gonorrea, azitromicina y ceftriaxona, están aumentando.
Aunque las cifras siguen siendo bajas —en el caso de la azitromicina es del 2,5 % y en el de la ceftriaxona de 0,8 %—, los científicos saben que es cuestión de tiempo para que el escenario sea dramático. En el caso de la azitromicina, la tasa de resistencia se ha multiplicado por cuatro, así que en unos pocos años podrían ser cientos las personas infectadas para las que no existiría un tratamiento y la antigua advertencia volvería a hacerse realidad: “por una hora con Venus, veinte años con Mercurio”.
“Es una tasa baja, pero lo que sabemos es que esta bacteria ha demostrado, una vez tras otra, una habilidad para desarrollar resistencia a los antibióticos”, comentó Robert Kirkcaldy al portal de noticias científicas STAT, y añadió: “El potencial de infecciones por gonorrea intratables es una posibilidad muy real en el futuro”.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha estimado que cada año ocurren 448 millones de casos nuevos de enfermedades de transmisión sexual entre adultos de 15 a 49 años a nivel global. Estas son causadas especialmente por sífilis, gonorrea, clamidia y trichomonas. En 2014, sólo en Estados Unidos, 350.000 personas fueron diagnosticadas con gonorrea. En Colombia, la gonorrea es una de las infecciones de transmisión sexual más frecuentes, tanto entre la población general como en grupos vulnerables. En el estudio de infecciones de transmisión sexual realizado a un grupo de alto riesgo de la ciudad de Montería, en 2006, se encontró que hasta el 21,7 % tenía infecciones por gonorrea.
¿Cuánto tiempo le tomará a la gonorrea llegar a ser resistente a estos dos antibióticos, como ya lo hizo frente a otros? Para los microbiólogos estadounidenses es demasiado arriesgado fijar un plazo. “Pensamos que la pregunta es cuándo va a ocurrir y no si va a ocurrir. Este microbio es muy inteligente y puede mutar rápidamente”, anotaron.