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El estudio, publicado este lunes en la revista JAMA Internal Medicine, sugiere que cinco décadas de investigaciones sobre el papel de la nutrición en estas afectaciones, incluyendo muchas de las dietas que hoy en día utilizamos, están basadas en recomendaciones de la industria azucarera.
Los documentos muestran que un grupo, llamado en ese entonces la Fundación de Investigación sobre Azúcares –hoy en día la Sugar Association (asociación que reune a las industrias azucareras de EE.UU.)–, les pagó a tres científicos de la Universidad de Harvard una suma de 50.000 dólares –cerca de 150.000 millones de pesos–, por publicar una investigación en 1967 sobre la relación que hay entre los azúcares, la obesidad y las enfermedades.
El artículo fue publicado en su momento en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine, donde se minimizó esta relación, mientras puso en entredicho los impactos de las grasas saturadas sobre la salud.
Aunque esto ocurrió hace cincuenta años, la situación no ha cambiado mucho y las industrias de alimentos siguen influenciando el mercado de la nutrición con investigaciones poco éticas que los favorecen. El año pasado, por ejemplo, el New York Times reveló que Coca-Cola les estaba pagando una millonaria suma a investigadores para que sugirieran que las bebidas azucaradas no estaban relacionadas con la obesidad. Y lo mismo ocurrió con la industria de los dulces, quienes también financiaron estudios que afirmaban que los niños que comen golosinas tienden a pesar menos que los que no lo hacen.
Los profesores de la Universidad de Harvard ya fallecieron, pero fueron prestigiosos investigadores en su época. Uno de los científicos pagados por la industria azucarera fue el doctor Mark Hegsted, quien se convirtió en la mano derecha, en temas de nutrición, del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Otro fue el Dr. Fredrick J. Stare, presidente del Departamento de Nutrición de la Universidad de Harvard.
Para aclarar la situación, la Asociación del Azúcar le respondió a la revista JAMA sobre lo sucedido, diciendo que en esa época las revistas médicas no exigían que los investigadores divulgaran sus fuentes de financiación y que The New England Journal of Medicine sólo empezó a requerir esta información en 1984.
De acuerdo con John Duperly, médico deportólogo y profesor de la Universidad de los Andes, “la grasa por sí sola no va a generar el sobrepeso. Lo que genera el sobrepeso y las complicaciones de salud es la alimentación desbalanceada, comer más de lo que gastamos diariamente”.